Eddy Arrobo Rodríguez
El último fin de semana se hicieron virales en las diferentes redes sociales varios videos que involucran a una de las glorias del fútbol ecuatoriano, el exfutbolista, Jaime Iván Kaviedes. En los mencionados videos se nota claramente que el “Nine” está bajo los efectos del alcohol y que la fuerza pública procede a detenerlo. Lo lamentable de este suceso es que el actuar policial deja mucho que desear, pues por decir lo menos, se evidencia una total negligencia y desconocimiento por el uso progresivo de la fuerza, así como un total menosprecio por la dignidad humana.
Por otro lado, las críticas y juzgamientos de toda índole han inundado los comentarios, pues que fácil es convertirnos en guardianes de la moral y apuntar con el dedo al desfavorecido, pareciera que vivimos en una sociedad de perfectos. Sin embargo, creo que es el momento oportuno para que este tipo de casos no se vuelvan a repetir, pues nada más deplorable es ver que quienes deben ser nuestros custodios se conviertan en los verdugos de la ciudadanía, aprovechándose de las facultades y competencias que se les han sido otorgadas.
Hay que tomar en cuenta que si bien el exfutbolista se excedió y tuvo un mal comportamiento en nada ayuda para su recuperación este tipo de humillaciones y vejaciones recibidas, pues no tenía ninguna arma, tampoco representaba una peligrosidad alta, ni se trata de un criminal. Ante estos hechos, nos quedamos con el sinsabor de que la Policía es fuerte con el débil y permisivo con el criminal.
Consecuentemente, hago un llamado para no convertirnos en replicadores sin conciencia y antes de compartir cualquier contenido en redes sociales se piense en el ser humano y en su familia. Que nuestros gritos de gloria que nos dio este jugador prodigio que con su accionar nos llevó al primer mundial, no se vuelvan en los gritos que sepulten al ser humano, al ciudadano que necesita una rehabilitación profesional y oportuna. No hagamos leña del árbol caído.