La victoria en la consulta

Giuseppe Cabrera

La consulta se presenta como un referéndum a la popularidad del presidente y es que, esto no es fenómeno local, sino en un fenómeno global para legitimar los ejecutivos por intermedio de plebiscitos, a veces este experimento puede salir muy malo, como terminó pasando con el Brexit en el Reino Unido o como habría sucedido si se aprobaba la demagoga consulta de Lasso, que buscaba reducir asambleístas a costa de la representación de quienes ya están infrarrepresentados.

Ahora, Noboa presenta el ideal máximo de una consulta popular, preguntar mucho para no cambiar nada, es un plebiscito que nos evita discusiones polémicas o profundas pero, con el mismo efecto de victoria y apalancamiento que buscan los gobernantes para legitimar sus mandatos, estando tan cerca de las presidenciales, nadie se va a arriesgar a cargar el lastre de una consulta popular por perderse y que en lo importante no cambia nada, por eso, solo PK, como brazo político de la Conaie que preside Iza busca hacer campaña, en un intento diferenciador del gobierno y por recuperar el espacio que la revolución ciudadana ha perdido en estos años en la Sierra, especialmente Imbabura, Azuay y la zona centro, en los que han sido desplazados por una amplia votación de centro. El resto de partidos, están conscientes que la consulta parte con gran ventaja para el presidente, porque no moviliza pasiones a favor o en contra de la propuesta y, por los buenos números de aprobación que mantiene el Presidente Noboa. Vaciar la política de contenidos y, aún así llevarnos a votar, el ideal cumplido del marketing político neoliberal, estamos decidiendo entre envases o envolturas vacías sin contenido.

Tal vez, la única pregunta que me parece importante es aquella que reforma el sistema de garantías jurisdiccionales, para volverlas de competencia especializada, eso a lo que llaman jueces constitucionales, ya no sería una competencia de todos, sino exclusiva de ciertos juzgados y salas, es un avance, aunque con la falta de recursos a la función judicial, es difícil de imaginar la creación de unidades y salas de garantías jurisdiccionales en un futuro cercano, por lo que probablemente quede en letra muerta por un buen tiempo.