La diversidad es una riqueza, nunca una amenaza.

¿Sistema de rehabilitación social?
¿Sistema de rehabilitación social?

Brenda Valdivieso Vélez

Una amenazadora ola de violencia e intolerancia impulsada por el odio se cierne contra minorías: adultos mayores, inmigrantes, refugiados, mujeres y personas en situación de vulnerabilidad mal llamadas “otras”.

En el Ecuador, incidentes atroces están cobrando una lamentable y alarmante frecuencia. La inseguridad y sucesos graves de violencia como: asaltos, femicidios, agresiones xenófobas y homófobas, robos y ataques con armas de fuego son titulares de todos los días en nuestro país.

Más allá de estas pavorosas agresiones, se manifiesta una retórica cada vez más fuerte contra estos grupos. En los últimos meses, las acciones y el discurso de odio han socavado la cohesión social, erosionado los valores comunes y de a poco van sentando fuertes bases de violencia, haciendo retroceder la paz, estabilidad, el desarrollo sostenible y la dignidad humana.

El odio se propaga cual incendio arrasador y debemos reaccionar como ante todo hecho doloso: condenándolo, negándonos a amplificarlo, contrarrestándolo con la verdad e incitando a los perpetradores a cambiar su comportamiento.

Juntas y juntos, podemos apagar el incendio del odio evitando que incite a la discriminación, la hostilidad y la violencia, que están prohibidas por el derecho internacional. Es necesario defender los valores que nos unen en una sola familia y como parte de una misma humanidad: cuidarnos unos a otros es nuestro deber.

Erradiquemos el odio, la persecución y formas de discriminación conexas a la intolerancia. El gobierno, sociedad civil, el sector privado y los medios tenemos papeles importantes que desempeñar. Líderes y lideresas tienen el compromiso de promover la coexistencia pacífica pues el odio es un peligro para todos, por lo que combatirlo no ha de ser tarea de unos cuantos.

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