La deuda con la salud mental

Giana Villalva

Giana Villalva

No se puede hablar de una atención eficiente dentro de la Red de Salud Pública del Estado ecuatoriano, pues es precaria desde su gestión, esto evidenciado desde ámbitos tan básicos y generales que representan el abastecimiento de medicamentos de los centros de salud. Dicha situación es aún más evidente cuando se debe anexar un acompañamiento psicológico y psiquiátrico.

Para la población en general que requiere de atención, sin distinción de edad, tal servicio es pobre sobre todo si no se poseen los recursos económicos que soporten los gastos que conllevan las terapias, medicación y gastos de hospitalización. Aspectos fundamentales que son determinantes para el desarrollo de las personas, pues estos representan un trío básico y codependiente debido a que ninguno de ellos puede actuar solo cuando se inicia un tratamiento de salud mental.

El problema enfocado de esta manera ya toma en sí una magnitud colosal, debido a la falla que existe dentro de este trío básico. Esto se evidencia desde la aglomeración de personas que buscan el servicio de atención psicológica y psiquiátrica sumado a la falta de personal médico competente lo que provoca que el agendar un turno para tener una terapia regular sea casi imposible o incluso recurrir a tales servicios de manera privada, a su vez no existe una cobertura completa en relación a los medicamentos que son necesarios para trastornos mentales específicos lo que hace una vez más ineficiente el servicio público al tener que utilizar medicamentos que son muy poco funcionales, así mismo los programas dentro de prestadores externos del Estado ecuatoriano enfocados a la salud mental no brindan un apoyo especializado además que no existen este tipo de lugares en todo el país siendo que existen en Quito, Cuenca y Esmeraldas, lo cual imposibilita de gran manera el acceso de las personas a estos servicios y a su vez no genera una prevención efectiva contra el incremento del suicidio, mismo que superaría en cifras, al año anterior, en lo que va del año.