La comarca del claroscuro

Rocío Silva

Con la apertura de la campaña electoral, en la comarca de las flores (léase Ambato), la administración municipal actual, en su afán de reelección, deja constancia de la incompatibilidad recurrente entre las acciones y los fines. Por ejemplo, plazoletas y parques se llenaron de luces navideñas, mientras que las calles aledañas están en tinieblas, sin ir más lejos el mismo casco cívico donde se localiza el Municipio en la calle Bolívar, en horas de la noche, presenta una imagen desolada y turbia.

A pocas cuadras, en el puente Juan Montalvo en la noche, tiene una iluminación muy tenue con los pocos faros encendidos, lo cual, pone en riesgo la seguridad de los peatones y el tránsito de los vehículos, pero no debe importarnos, porque está muy bien iluminada la parte inferior que da al río, cómo tampoco debe importar la afectación que por dichas luminarias padecen los hambatos que fueron reasentados en la zona.

Estos meses se han vuelto en una carrera de una ir y venir entre los afanes escondido de la reelección y las narrativas manifiestas del servicio a la colectividad, de modo que se abren zanjas en las calles de mayor circulación, se evoca al trabajo municipal realizado a pesar de los paros, la continuación de la pandemia, la crisis carcelaria y la inseguridad; sin embargo, no se acuerda del mutis imperante durante los dos paros indígenas, con fuertes repercusiones económico, privación y envenenamiento del agua de consumo.

Se grita sobre los nuevos proyectos de tono rimbombante como el Parque Ecológico más grande del Ecuador, mientras el actual está desatendido, lleno de excrementos de perro, sin que haya autoridad municipal que ponga freno. Los temas de la competencia municipal de tránsito, hacen que el candidato a la reelección trague saliva, al referirse al costo de pasajes, lo claro es que las reuniones prosiguen en la Comisión de Tránsito, y lo oscuro seguramente está en los acuerdos con gremios y empresas de fotorradares; entonces lo conocido y revelado es conservado y callado, la comarca se acoge en un singular claroscuro.

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