Feminismo obsecuente y correísta

Cecilia Chacón Castillo
Cecilia Chacón Castillo

El movimiento de mujeres y feminista en el Ecuador, no es homogéneo ni se precia tener dueñas, esto simplemente contradeciría a una mirada plural, abierta, democrática, crítica a los intentos fallidos de llevar el proyecto histórico de las mujeres junto al proyecto político de los partidos políticos.

Son estas máquinas partidistas que usurpan toda lucha para adueñarse y abanderarse de lo que no creen y tampoco predican. Sin embargo, es ingenuo decir que las mujeres en su diversidad y militantes del feminismo, se mantengan solo en crítica y acción al modelo patriarcal y machista. Las feministas también piensan desde un marco político de incidencia, pero también desde una matriz político partidista.

Vean ustedes las redes sociales de muchas, consignándose una bandera política. Hasta ahí lógico por derecho, necesario para tomar posturas en pro de convicciones legítimas de cada persona. Sin embargo, “tratar la lucha histórica de las mujeres con un fondo, de alianzas para favorecer partidos políticos en nombre de esta gran diversidad de manifestaciones territoriales es otra cosa, quien les ha elegido para que hablen por todas, quién les ha dado ese rol auto asumido sin afán de rendición de cuentas?; y mucho peor, se han replegado y silenciado a conciencia de que la violencia de género no admite fuero y han hecho con el correísmo.

Pero sí, las mismas que pregonan el feminismo con partido, son las mismas que se han silenciado ante el dramón del correísmo y su vicepresidente sentenciado en un triangulis digno de toda novela. El correísmo sabe cuándo usa ese poder del feminismo y cuando lo hace callar. Ese feminismo que quiere ir detrás de las ONG y que ahora en nombre de “todas” va detrás del Presidente electo.

Por favor, qué falta sinceridad y honestidad. Gracias a muchas mujeres, que no se han prestado a ese juego, podemos seguir pensando que es posible seguir siendo parte de una manifestación con voz propia sin tarimas, obsecuencia, ni haciéndonos ver que todas estamos en lo mismo.