Exaltación de lo nuestro

Jaime López

La superación de la pandemia y otras plagas populistas provocó que la celebración de la Fiesta de la Fruta y de las Flores, en Ambato – Tungurahua, se programe modificando  ciertos  actos, cambios de fechas establecidas de antemano, pero que nunca constituyeron un obstáculo para que los ambateños y tungurahuenses sigan guardando, dentro de su modo de ser y constituir un ejemplo para el Ecuador, ese orgullo alejado del regionalismo egocentrista y cada vez actuar con los brazos abiertos para prodigar el abrazo a los hermanos ecuatorianos, que venían a cobijarse en las viviendas que les ofrecieron con las puertas abiertas y luces resplandecientes. Los gobiernos municipales propugnaron si que los ambateños sientan dentro de si aquello de que “el Municipio somos todos”  y si las ideologías de los elegidos querían ser vallas publicitarias para exaltar al burgomaestre,  a la vuelta de las esquinas, muchas de ellas todavía con construcciones coloniales y colores ancestrales, el eslogan para celebrar la Fiesta de la Fruta y de las Flores era la música de fond en la entonación de los ritmos que circulaban alegres por todos los rincones y barrios, de ésta ciudad- corazón palpitante entre colinas, al pie de su volcán.  Hay ceremonias que nunca dejaron de tener su identidad y han ido reforzando su calidad de ejemplo para las ciudades hermanas, la exaltación de la Reina de la Fiesta en las plazas y mercados con decoraciones de flores, frutas y pan, productos de lo que en Ambato y Tungurahua producen los agricultores. Los bailes y  celebraciones organizados por las directivas  barriales, en los que la degustación de los platos típicos es otra de las exaltaciones para las reinas  que se visten con el cariño de sus vecinos. El desfile de las comparsas y carros alegóricos, decorados con una artesanía que rebasa cualquier curriculum imaginado por los centros educativos, debe difundirse por redes internacionales y así lo están haciendo gracias a la preocupación y fervor de los emigrantes ubicados en varias geografías del mundo. La presencia del folklore americano, en la celebración de la Fiesta, fue una labor que cuando se realizó hace 50 años  inmediatamente se transformó en una obligación no solo para nosotros, sino para las otras ciudades hermanas que siguieron el ejemplo. Y la exaltación y Bendición de las flores, frutas y pan, ceremonia religiosa que se  hace en el atrio de la Catedral ambateña, es un digno prólogo para que uno de los grupos corales, declarado patrimonio cultural, la Rondalla Ambateña, brinde su concierto a las 20:00 en ese digno escenario. Desde hace 38 años, los ambateños siempre esperan su actuación, su creador, el maestro Álvaro Manzano mentalizó en sus integrantes que el cariño para sus coterráneos debe reflejarse en la actuación en las calles y escenarios abiertos, porque decía que no hay otro diálogo para entenderse entre los humanos, que la música ejecutada con pasión y entrega. AsÉ que el eslogan que hoy  es un rótulo dorado para la  Fiesta, ‘Ambato esta en ti , está en todos’ la Rondalla Ambateña lo ha integrado en sus componentes, y el repertorio que la  noche del sábado 9 de marzo ejecute será una muestra más de ese corazón que la Rondalla Ambateña siempre brinda a quienes concurren a su concierto.