El tiempo que perdemos

Giuseppe Cabrera

“Si disfrutas tu trabajo, no trabajarás un solo día de tu vida”, es tal vez la frase que resume el mantra del neoliberalismo, junto con “ponerse la camiseta” del capitalismo. Nos han hecho creer, que la explotación o la precarización puede ser parte de la misma felicidad y lo han hecho ocultándola con el éxito y la auto realización.

Al final de nuestros días, contaremos las horas y días vividos y descubriremos que vivimos la mayor parte de ellas: trabajando. Que no se me mal interprete, el trabajo dignifica y llena el espíritu, pero no deberíamos vivir para trabajar, sino al revés.

Parte fundamental es entender que la vida, se compone de las cosas menos trascendentales y cotidianas, como tomarse un café un domingo mientras se lee una novela, disfrutar de una película, hacer ejercicio, salir a comer y, especialmente cuidar nuestro círculo afectivo cercano, para mantenernos en paz, amar a quienes nos aman y dedicarles tiempo.

La vida tiene que ser algo más que pasar trabajando y, creo que será la conquista laboral del futuro: más trabajadores en las empresas, que nos signifiquen menos horas laborando. La jornada laboral de 6 horas o en su defecto de 4 días semanales, son discusiones que se están dando en Europa, tal vez el continente más socialmente justo del planeta y se dan, sobre la base de evidencia empírica que prueba que los niveles de eficiencia aumentan, así como la condición de vida y productividad de sus trabajadores con una jornada laboral reducida.

No debería ser visto como mérito quien pone en remate su fin de semana por el trabajo, sino quien aporta con más durante la semana.

Claro, pensar en aquello resulta hoy una ingenuidad, el costo de la vida, la precariedad del trabajo y la falta de oportunidades y certezas hacen difícil querer ponerle una pausa a la vida para vivirla, no solo trabajarla. A pesar de ello, sí podemos mientras tanto, disfrutar lo que nos queda, el tiempo que intentan quitarnos con frases cliché que construyen la nueva razón neoliberal y proteger nuestro derecho al descanso después del trabajo, al fin de semana, al feriado, al disfrute de la vida misma.