Victoria Ramón
Realmente este sería el título que todos quisiéramos leer alguna vez; pero la realidad, dista mucho lo que está sucediendo en el país. La inseguridad e incertidumbre que vemos diariamente, en una cultura de miedo y violencia. Entonces, resulta válido cuestionarnos ¿Conocemos exactamente el problema? ¿Existen soluciones viables de aplicación inmediata?. La respuesta es variable y múltiple, pues, no existe un solo problema, ni tampoco, una sola solución. El hecho cierto, es que estamos frente a una crisis estructural de toda una sociedad olvidada, donde las respuestas no son las políticas penales populistas, el abuso del poder punitivo, ni el llenado de cárceles con “delincuentes” sin derechos. Cuando hayamos comprendido las diferencias entre “encerrar”, “masacrar” y “rehabilitar”, habremos dado un paso hacia adelante.
La falta de políticas públicas que busquen la prevención, rehabilitación y reinserción, está ocasionando consecuencias graves, y llevando al Estado a perder su control. Una sociedad necesita salud, educación, justicia y equidad, como parte del proceso hacia una vida digna. Para comprender esta dura realidad, basta observar la mínima inversión pública para atender las necesidades básicas del país y el desmantelamiento estatal agresivo; lo que a futuro provocará una crisis generalizada con consecuencias aún más graves.
Debemos ir más allá de los discursos y procesos vacíos. Es hora de convertirnos en veedores permanentes, pues, la corrupción, irresponsabilidad y crisis institucional, no pueden ser más. Desde nuestro espacio, necesitamos actuar de forma inmediata, y, empoderarnos contra las inequidades sociales y la violencia estructural, de forma crítica y objetiva.