Dislate

Andrés Pachano

Imagino que después de lo dicho por el Presidente argentino, con resignada satisfacción los presidentes Maduro de Venezuela y López Obrador de México habrán expresado: “bienvenido al grupo Alberto”.

Es que el presidente de Argentina Alberto Fernández, en un evento público, junto nada menos que al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez ha mencionado que “…los mexicanos descienden de los indios, los brasileños de la selva y los argentinos de los barcos…”; cabe entonces una pregunta: ¿si el dislate en mención es una muestra de la proverbial arrogancia de los argentinos (solo de aquellos que se saben más europeos que indoamericanos) o simplemente es una manifestación personal de un obsecuente servilismo de cara al ilustre visitante que le acompañaba en esos momentos?

Lo cierto es que ‘Alberto Fernández… De Kirchner’ (como suele nombrarle con ironía mi amigo Freddy Rodríguez), pasó a engrosar el círculo exclusivo de los presidentes que dicen disparates en esta parte del mundo.

Lo expresado por el Presidente argentino ha causado un agrio malestar y protestas diplomáticas de los países ofendidos por la tontería expresada por el presidente de una de las naciones más relevantes de América Latina.

Tratando de explicar la grosera afirmación, Fernández le atribuyó esta al escritor Octavio Paz, Premio Nobel de literatura; gracias a la columna 4 Pelagatos conocí un artículo de Joaquín Morales Solá publicado en el Diario La Nación de Buenos Aires y en él me enteré que en efecto Paz si fue autor de la broma, pero que el también escritor Carlos Fuentes, “…le dio una formula escrita, elegante e irónica: ‘Los mexicanos descienden de los Aztecas, los peruanos de los Incas y los Argentinos de los Barcos’…” (cita textual). Es decir que Fernández no conoció de primera fuente la “…ironía cariñosa de los célebres escritores…” (Morales Solá), sino que la ha repetido deformada por la repetición oral y constante de ella; ni siquiera la ha leído. Bien llegado al grupo.

Al fin del entuerto, copio entonces la sardónica y dolorosa sentencia que circula profusamente en las redes sociales: “…de lo que se sabe, lo único europeo que tiene la Argentina, son las Islas Malvinas…”.