Culpables, partidos políticos

Iván Paredes

A partir de 1979, en que el Ecuador adoptó la democracia como vía para contrarrestar la pobreza, la desigualdad, el hambre, la miseria, pero sobre todo para fortalecer la unidad y solidaridad como hermanos cobijados con la misma bandera y escudo, que cuentan la gran historia de este territorio, del cual nos sentimos orgullosos, en todo su contexto. Desde aquel momento, los partidos políticos empezaron a crearse y aparecer como espuma en el aire, sin la mínima responsabilidad ni el verdadero patriotismo que se esperaba, de acuerdo a las circunstancias del momento que, hoy en día estamos pagando las consecuencias.

Desde los movimientos y partidos políticos se opera el porvenir de todos los habitantes de este ingenuo país, manejando la institucionalidad estatal a gusto y paciencia del gran caudillo o del grupillo dueño de la organización política que ostenta el poder. Es decir, la democracia es un término relegado, únicamente se utiliza para el discurso demagogo o, por el desconocimiento del político que no entiende la realidad nacional e internacional en que se vive. Dicho de otra manera, el sistema ejecutor es la partidocracia, más no la democracia, como órgano fundamental del poder estatal, donde el cabecilla y sus secuaces toman las decisiones a su antojo, sin tener ninguna oportunidad los ciudadanos para gobernar y escoger a la persona más idónea, responsable y transparente en su accionar; entonces, el porvenir del país hay que entregar a los más incompetentes, inhumanos y corruptos, en una democracia de papel que, en realidad no existe como tal.

Prueba de ello, es la acertada decisión de la muerte cruzada legalmente ejecutada, pero vemos como han empezado a rifarse y aparecer sujetos para ser Presidentes de la República y Asambleístas, siendo los mismos que son despreciados por la ciudadanía; por ello, no podemos votar por quienes ya han estado en la Asamblea Nacional.