Con Iza nos darán una paliza

Jaime López Freire 

Nuestro país, en el concierto internacional, siempre tuvo un espacio que fue considerado como uno que merecía ubicarlo en muchos índices y estadísticas. Hasta que por cierta debilidad electorera y un ejercicio de la actividad política que muchos no supieron hacerlo, cometimos  la equivocación de elegir un Presidente con una votación mayoritaria que, en menos de lo que canta el gallo, nos adelantó el calendario para ubicarnos, según él, en el socialismo siglo XXI. Que jamás fue explicado para llegar a entenderlo. Pero que le sirvió para cometer barbaridades como la eliminación de partidos políticos, de muchos Colegios Profesionales, de multiplicar la Administración Estatal creando oficinas, departamentos, bautizándolos con nombres que pocos entendían. Que le sirvieron para ir ubicando sus secuaces en sus Direcciones, debidamente lavados el cerebro, que tenían la obligación de  concurrir a las sabatinas para recibir el sánduche, seguramente condimentado con algún alucinógeno, y prepararse para  difuminar la corrupción y repartirse sus dividendos. Entonces las comunidades campesinas empezaron a reaccionar y fueron masacradas sin ningún reparo, la prensa escrita, sobre todo, fue perseguida y algunas eliminadas sin contemplación, algunos de sus Directores enfrentaron juicios millonarios y fueron sancionados por jueces manipulados. Luego vino el Morenismo a ejercer su papel de títere, que fue combatido cuando quiso dejar de serlo. Luego hemos soportado al Sr. Lasso y su inutilidad que nunca supo combatirla porque jamás tuvo asesores capaces, hasta que eligió  su suicidio y la eliminación de una Asamblea llena de sujetos que perseguían sus objetivos personales. Los indígenas y campesinos han resurgido pero dividiendo sus confederaciones, sus dirigentes con criterios traidores no se sienten habitantes del Ecuador, lugar de su nacimiento, pocos mencionan su nacionalidad, y hay un líder al que se le debe obligar a que se calle, de apellido Iza, porque sus declaraciones son ofensivas, mentirosas, que llegan al ridículo. Juntarlas con las barbaridades que dice la candidata del correísmo Luisa Gonzáles que dice que en Venezuela se vive mejor que en Ecuador y demuestra agresividad. A éste par de protagonistas de la campaña  pre-electoral hay que colocarlos en nuestro sentimiento ancestral y decirnos que nunca tuvimos en la palestra elementos tan combativos a nuestra capacidad para elegir mandatarios. Hay que castigarlos, porque si no, todos los países de América nos darán una paliza.