Romper la institucionalidad

Una constante de muchas autoridades es coaptar palabras, casi siempre rimbombantes, las exprimen, las reutilizan y las prostituyen a tal punto de imponer su opinión personal como una verdad absoluta. Las razones pueden ser distintas, pero casi siempre son emocionales y personalísimas. 

Basta con acudir a un diccionario, o más rápido aún, al buscador de Google para dar por terminada la falacia.

Instituciondalidad: reglas formales que le dan el marco funcional y político a las Instituciones.

Hoy la frase, ‘romper la institucionalidad’ es utilizada para proteger costumbres o simplemente como válvula de escape cuando algo nos incomoda. 

Pasa mucho con la participación ciudadana, cuando alguien que no es la autoridad toma el micrófono y si lo que escucha no es de su agrado, utiliza la válvula. Cuando un sujeto reclama en la ventanilla por el mal servicio, activan nuevamente la válvula, pasa en sesiones de concejo, en asambleas ciudadanas en dónde no permiten hablar al ciudadano, así de paradójico, son del tipo de autoridades que se victimizan y no les importa atacar la parte personal. 

En fin, los ejemplos son extensos, el llamado a la autoridad de turno siempre será, escuchar más y hablar menos, la sociedad entre todas las necesidades tiene una en especial, y es la de ser escuchados, ese es el primer paso para entender las problemáticas. Sin ese primer paso, las ordenanzas, las políticas públicas seguirán siendo de escritorio y de papel. Y en tu territorio, ¿existen autoridades así? 

 Rogelio Durán