Apuntes para Diana

Rocío Silva

Después de la sesión de Concejo del 9-1-2024, van estos apuntes con mucho afecto:

  1. No olvidar que la gestión cultural requiere de los gobiernos locales, de una formación ética, que permita a los ciudadanos participar de la vida política y cultural en igualdad de condiciones, así como la preservación del patrimonio material e inmaterial, que operan a través de las artes y las prácticas culturales socialmente saludables.
  2. Tener presente que una alcaldesa (le guste o no le guste) maneja un liderazgo emocional con base en la empatía; que no es, sino, la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y dificultades de sus votantes, saber ponerse en el lugar de los demás; escucharlos, comprender sus problemas, mirar con libertad y paz a los ojos de sus mandantes y responder cortésmente a sus reacciones emocionales.
  3. Rogar a Dios Padre y al Taita Inti cada día, para que la transparencia sea el motor que pretenda promover y fomentar la gestión de los asuntos públicos, la ética en el uso de los bienes, recursos y en el ejercicio de las funciones públicas, sustentada en valores éticos fundamentales universales como la honestidad, integridad, responsabilidad y eficacia.
  4. Aprender a diferenciar la gestión pública de la administración de una cooperativa llevada desde el clan familiar, sin pasar por alto principios y acciones claras, con el fin de garantizar el acceso a información diáfana y oportuna para la ciudadanía, sobre las acciones, recursos y decisiones que se toman en la institución a su cargo, por mandato popular, sin importar de qué sector provenga y a qué sector convenga.
  5. No tener miedo; suavizar la reacción defensiva frente a las demandas de grupos victimizados. Desde la plataforma del burgomaestre, se puede hacer mucho si no hay una resistencia psicológica de su parte, Diana, es justo precisar que hablar de poder, no implica definirlo como una propiedad o una sustancia, ni como el conjunto exacto de instituciones y aparatos que garantizan la sujeción de los ciudadanos: el poder es siempre temporal, es una relación acordada, que no se encuentra en un foco único de soberanía, por el contrario, atraviesa todas las formas, empieza y termina en la consagración de la dignidad humana.