Anotaciones sociolingüísticas de la comarca

 Rocío Silva

Como antecedente, se dice que cuando hablamos, lo ideal sería que busquemos la optimización de la expresión, para transmitir con claridad y sentido nuestras ideas, el fin sería la construcción de un mensaje comunicacional efectivo, que a la larga se refleja en la comprensión total del mismo, sin embargo, se ha vuelto una condición general en el escenario de la administración municipal de la comarca, el abuso y la recurrencia en la construcción de enunciados que contravienen esta lógica.

Las sesiones del Concejo Municipal, las intervenciones de los concejales afines a la administración, las participaciones de los ciudadanos recibidos en receso o comisión general, las declaraciones de los directores departamentales, de los gerentes de empresas públicas municipales, del director del Comité Permanente; dan clara cuenta de cómo su uso del lenguaje, busca la reiteración, repetición o redundancia de expresiones o de contenidos, con la intensión muy definida y a su vez solapada de justificar actuaciones y estrategias.

El lenguaje político de la actual administración municipal, y su leit motiv, son representaciones simbólicas repetitivas que funcionan como improntas, cuyo objetivo es reforzar las consignas, sin un intercambio discursivo, porque su redundancia persigue el objetivo limitado de lograr del receptor (léase votante) una reacción primitiva que consiste en la aceptación pasiva del contenido de la comunicación, sin oponer ninguna decodificación crítica. Y así, facilito, llega a los lugares comunes, que no son otra cosa que vicios del lenguaje que reflejan pobreza de pensamiento, falta de criterio, escasa capacidad de análisis y limitada competencia receptiva, pues se transmiten ideas gastadas, sin matiz alguno, vacía de referentes, con un alto grado de imprecisión que se cree que llega por estar de moda y que el votante aceptará sin refutar.

La demagogia municipal, emplea profusamente lugares comunes, verbigracia: “nueva historia”, “reactivación económica”, “mesas de trabajo”, “titulación de tierras”, “enemigos de Ambato”, “respeto”, “violencia de género”, “violencia política”, pues desde una herencia correista, creen que generan un resultado óptimo, porque el sentido del lugar común, aparentemente incuestionable, consolidad su discurso, solo que parece que no se dan cuenta de su desgaste.