Abstracción

Rocío Silva

Cómo que a veces, es preferible abstraerse de escenarios tan sórdidos y tan cercanos, como la inseguridad campante, el avance de las “vacunas”, la carrera desenfrenada de los gobiernos locales por la inauguración de obras, debido a que están afilando su artillería para la reelección. Y la mejor forma de disociarse de estos escenarios, es volver al caudal filosófico de análisis antropológico estructuralista del judío, obligado a exiliarse a Nueva York en 1941 tras la ocupación nazi de Francia, Claude Lévi-Strauss, cuyo aporte cientista modificó profundamente las disciplinas de la etnología y de la antropología, desde principios holistas resultantes de la Lingüística, la Fonología, las Matemáticas y las Ciencias Naturales.

En esta ocasión, nos referiremos a su abordaje “El suplicio de Papá Noel”, el mismo que hace un análisis de las fiestas navideñas de 1951, marcadas por una polémica debido a que las autoridades eclesiásticas, habían expresado su desaprobación con respecto a la creciente importancia dada por las familias y los comerciantes al personaje de Papá Noel. Denunciaban una inquietante “paganización” de la fiesta de la Natividad, lo cual distraía el espíritu público del sentido propiamente cristiano, de esa conmemoración en beneficio de un mito sin valor religioso alguno.

Esos ataques se desarrollaron en vísperas de la Navidad, las iglesias protestante y católica unidas, el 24 de diciembre, colgaron a Papá Noel de las rejas de la catedral de Dijon y públicamente lo quemaron en el atrio, en presencia de varios centenares de niños de distintos, Papá Noel fue condenado por usurpador y hereje. Se lo había acusado de paganizar la fiesta de la Navidad y de haberse instalado en ella como un pájaro cucú, tomando un lugar cada vez más preponderante. Se le reprochaba, sobre todo, el haberse introducido en todas las escuelas públicas donde el pesebre estaba escrupulosamente prohibido. El fuego abrasó su barba y el muñeco se desvaneció en el humo.

Y así, representando a todos los hogares cristianos deseosos de luchar contra la mentira y guiados por adultos, doscientos cincuenta niños, agrupados frente a la puerta principal de la catedral de Dijon,  quemaron a Papá Noel creado por adultos.

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