2024, lo que hay que perseguir

Jaime López Freire

Es lo que está oculto en el  mundo globalizado, en marañas de corrupción y narcotráfico, en Esta vida postpandemia la que ha sido asaltada en todo el universo, una vez más y van cuántas, por el COVID-19  como para demostrarnos que las vacunas cumplieron su papel y luego los laboratorios han ido incrementando sus componentes y ganar la batalla  que todos los afectados sabemos que casi está perdida, porque la historia de la medicina nos dice siempre que a  la industria farmacéutica atrincherada en sus  intereses, los millones recaudados por venta es lo que les importa, que los médicos y pacientes sigan no más reclamando por los genéricos que no sirven para nada muchas veces, que los cánceres que han sido combatidos con éxito esperes en el vestíbulo de clínicas y hospitales, en Solcas, Cruces Rojas y Blancas, hasta que la persecución colectiva les grite ¡basta¡ Una de las persecuciones que debemos emprender es la que se anota sobre las medicinas, otra es la de encontrar el verdadero camino por donde debe ir nuestro idioma, el  español que el 7% de la población mundial lo habla y es su lenguaje nativo. Olvidarnos de las expresiones vulgares como la de arrimar el hombro, como la de utilizar mal los infinitivos, llenarnos de mexicanismos  y  mezclar nuestro idioma con los insultantes esa man, ese man, hablar huevadas y decirnos que somos pendejos. Sí, hay que perseguir a nuestro idioma que igualmente por los referentes, tecnócratas ilustrados, profesionales en Derecho, está cubriéndose de términos y vocablos que una lamentable mayoría no entiende. Entonces hay que perseguir que se modifiquen los pénsums escolares, secundarios, universitarios, que en la casa familiar no se olviden de lo que aprendimos para llegar a ser integrantes de  generaciones centennials y mileniales, despechados por esas definiciones que nos endilgaron, y que el lenguaje no sea el obstáculo que nos impida eliminar  el dominio de los celulares, al menos en la hora de servirnos los alimentos conjuntamente que como bien sabemos, también hay que perseguir no nos abandone. En el ejercicio de la Política,  que todos debemos hacerlo por el amor a nuestro País, debemos perseguir que la mediocridad  no sea denominador común de Asambleas, Juzgados, Contralorías, Gobiernos Seccionales Autónomos, y perseguir que si  tenemos una Dama como la Sra. Diana Salazar, no la dejemos sola en su cometido, que vayamos a su lado  cuidando su integridad física, que se estatura moral sea nuestro símbolo. Hay que perseguir que las preguntas  que el Presidente las tiene elaboradas para la próxima consulta popular no se diluyan en la Asamblea, que el TSE no se cubra con la cortina de la inmunidad y la impunidad como ya lo ha hecho, hay que perseguir  que nuestro empeño, donde sea y como sea, rehabilite la existencia de Partidos Políticos, eso si no más de cinco, hay que perseguir al axioma del odio a la política y que con el trabajo basta y sobra. El 2024 hay mucho que perseguir y mucho que conseguir