Los políticos ecuatorianos están “in” (o “im”)

Ugo Stornaiolo

Muchos políticos ecuatorianos, como en cualquier país, creen que su actividad no es para servir a los demás, como planteaba Aristóteles en su libro “Política”, sino en servirse de los demás y servirse a sí mismos. Por eso, como en las revistas de la prensa rosa, hay que hacer la clasificación de los políticos “in”, aunque también hay los que están “im” …

Los incompetentes e incapaces se lavan las manos y no cumplen sus funciones. Los prefectos de Pichincha, Santo Domingo y Manabí permiten que algunas carreteras de sus provincias tengan más de ocho mil baches, aduciendo que son obras del Ministerio de Obras Públicas. Gastan la plata en carteles para decirlo. Recorrer vías como Las Mercedes-Santo Domingo, la Tosagua-Rocafuerte o la entrada a Manta (pavimentada bastantes tramos, pero como se acabó el saldo al prefecto, hay baches al inicio).

Hay políticos imberbes, como el alcalde de Guayaquil, que desafía a puñetes a quien critica las obras que él no hace o el ex asambleísta que tiene otro cargo y amenaza a los periodistas y a sus familias por hacer acuerdo al país de sus relaciones non santas con personajes vinculados a las mafias políticas.

También hay los impunes, como el alcalde de Quito, que no acepta que hizo campaña por una candidata presidencial estando en funciones, no paga la multa e impugnan la sentencia del Contencioso Electoral. Y tan campante…

Otros son incompatibles con la función que ocupan. No saben para qué fueron electos. Sobran ejemplos, como la alcaldesa de Simón Bolívar que también es inadaptada. Debió seguir en lo que hacía antes de ser alcaldesa (impublicable), pero son imperdonables sus relaciones con las mafias de la política.

Hay políticos como el expresidente prófugo, que son inadecuados, porque viven en su mundo “konitos” y creen que el país es como ellos piensan, aun cuando lo dejaron inmanejable.  Igualmente él es inaceptable.

Otros son inaguantables, como los asambleístas, que siguen ganando el sueldo haciendo lo que mejor saben: nada. La gran mayoría de ellos son inapropiados: no saben para qué están en la legislatura. El adjetivo incapaz, el que no es capaz, les calza a todos.

Si hay que referirse a un político incivilizado, se trata del prófugo en Bélgica y de algunos de sus seguidores, como el neoprófugo Ronny Aleaga. Todos pecan de inconsistentes (carentes de coherencia o consistencia lógica). Rafael y sus conmilitones son incontenibles. Todos los que son “in” o “im” deberían estar “out”, aunque hay que apoyar a la implacable fiscal.