El nuevo ‘pacto de la regalada gana’

Ugo Stornaiolo

Apenas asumió el mando (agosto 1979), el presidente Jaime Roldós —que tenía discrepancias con el líder de CFP, Assad Bucaram—, se enfrentó con el Congreso presidido por su tío político, y bautizó al pacto que don Assad hizo con otros líderes opositores (León Febres-Cordero, Carlos Julio Arosemena, Otto Arosemena y Jaime Hurtado) como el pacto de los «patriarcas de la componenda”.

Aunque sus abuelos libaneses eran socios en negocios (la compañía Bucaram & Saadi) a inicios del siglo XX, las diferencias entre Jaime Nebot y Abdalá Bucaram eran irreconciliables. En agosto de 1994, socialcristianos y roldosistas se aliaron en el congreso en “el pacto de la regalada gana”.

Los nuevos “patriarcas de la componenda” y de los “pactos de la regalada gana” son el sucesor de Febres Cordero, Nebot, y quien encarnó los males y defectos del roldosismo, Rafael Correa. Resulta incomprensible que Daniel Noboa haya aceptado el pacto en aras de la gobernabilidad para un corto período de gobierno, a sabiendas de la persecución de Correa a su padre.

La historia es una lección que, bien aprendida, sirve para evitar errores, pero también para repetirlos. En 1979, Assad Bucaram le hizo a su sobrino político la vida imposible y le generó dificultades de gobernabilidad, subsanados cuando el hábil Roldós sumó a su causa a diputados del CFP, creando Pueblo, Cambio y Democracia. Don Assad llamó “chuchumecos” a esos legisladores.

En 1995, el pacto de la regalada gana posibilitó que Abdalá Bucaram se catapultara como candidato a la presidencia, venciendo en segunda vuelta del año siguiente al casi ungido Jaime Nebot, víctima de sus errores y de los de su mentor, el expresidente Febres Cordero, quien dijo: “solo votan por Bucaram los delincuentes y las prostitutas”.

El PSC no sólo fue derrotado sino que perdió a quienes podían renovar sus filas, como Ricardo Noboa. El pacto de la regalada gana fue el primer desbarajuste socialcristiano que entonces manejaba la justicia (hay la foto de Guillermo Corral que mostraba la visita de los magistrados al Cortijo). Luego fueron derrotados por un exmilitante, Sixto Durán Ballén, en 1992.

El nuevo pacto de la regalada gana aún incluye a los socialcristianos (verdaderos conservadores: quieren que todo siga igual) y correístas buscando la impunidad de sus líderes y echar abajo el nombramiento del contralor, como Juan Falconí Puig con su acción de protección, justo el día en el que el nuevo pacto fue sacramentado. Que no sea el primer tiro en el pie de Daniel Noboa.