Todos perdemos

Han circulado en el mundo millones de frases, memes, imágenes, audios, reportajes, entrevistas y carteles con el mismo mensaje: todos perdemos con el ataque bélico de Rusia a Ucrania. En este escenario indignante y doloroso, no hay que ser tan profundos ni perderse en lo abstracto para hacer un llamado a la conciencia. El derramamiento de sangre inocente no se justifica con nada ni con nadie. Así de sencillo, perdemos todos y no hace falta que las balas estén rozando nuestras narices. Esto confirma que la peor pandemia es la estupidez humana, pues destruye todo, aun sabiendo de las consecuencias. Síntesis: no salimos del coronavirus y enfrentamos la insensibilidad absoluta.

S bien, la guerra no es una declaración abierta o cara a cara entre las grandes potencias nucleares (Estados Unidos versus Rusia, Rusia versus Alemania, Rusia versus Francia, los aliados versus Rusia y China en el silencio), sin embargo, la medición de fuerzas, a costa de población inocente, reconfigura el orden mundial, pues pone a prueba los balances que hasta ayer funcionaron para evitar catástrofes de envergaduras inimaginables. Miremos lo que pasa en la ONU. La imagen del “ruso malo”, como en las películas de Rambo y Rocky, se vuelve a posicionar en la opinión pública como en la Guerra Fría y no por efectos propagandísticos en procura de histeria colectiva, sino por las malditas evidencias: Ucrania está siendo atacada sin ningún resquemor.

El otro aspecto importante es la energía, es decir, Rusia es el mayor abastecedor de energía (gas y petróleo) para Europa y eso nos mete en otra discusión. Acaso, el mundo está listo para un recambio de tipo de energía cuando el juego de interdependencias condiciona la política real, desnuda los intereses y las relaciones entre los países. Parece mentira, entonces, que mientras el mundo intenta salir de la pandemia ingresemos a una escalada de inversiones en tecnología de la muerte con equipamiento para los ejércitos. Por cierto, lo que ocurre en Ucrania tampoco debe esconder los otros conflictos en Medio Oriente, África y Asia.