Cese el fuego, ¡ya!

Resulta una miseria intelectual y humana usar la crueldad de la guerra para hacer política y menospreciar las gestiones de Cancillería al repatriar compatriotas. El éxodo de ecuatorianos y un millón más de personas, que huyen de Ucrania, aparece en las portadas de los diarios en medio de críticas diversas, desde rutas alocadas sin retorno hasta el viaje de mascotas, pero sin proponer un pacto de consenso por la paz y la seguridad del planeta ante un inesperado bombardeo nuclear como señuelo táctico.

Más bien, la realidad local enfoca la trama de una conspiración y desestabilización descarada de las fuerzas políticas que buscan, en el fondo, el desgobierno hasta que se anulen las sentencias judiciales en contra del pillaje y saqueo del correísmo. Con políticos defensores de la guerra e intentonas golpistas que no se inmutan ante los detalles escabrosos de las masacres, ni del narcotráfico ni el sicariato callejero. Con un mismo juez que es la fuerza y la agresión verbal que funciona de sentencia y victoria. Con esa violencia fotografiada que sabemos cómo inicia pero no cómo termina. Con quienes creen y predican el paso de la destrucción: hoy parecen meses y años: ruinas, drama humano, muertos inocentes, niños desplazados e incertidumbre.

¿Acaso vivimos el coro de los defensores de la guerra y el intento desaforado para limpiar el pasado delictivo de Rafael Correa, con socialcristianos (nada cristianos) y varios Pachakutik (nada del pueblo) conspirando por el renacer del Ave Fénix? ¿La impunidad de quienes incendiaron Quito en octubre 2019? ¿Es que a nadie le importa la reducción de las exportaciones a Rusia y Eurasia: la pobreza disparada y acumulada en nuestros campos y ciudades porque hay que permanecer impávidos ante las atrocidades del temerario Vladimir Putin y sus oligarcas amigos (Trump, Maduro, Ortega)?

Lo que está en peligro es la coexistencia humana, la sobrevivencia inquietante y el derecho de los pueblos a vivir en paz. Los países de América Latina y Ecuador entero deben exigir el cese al fuego definitivo y permanecer unidos para aislar a quienes financian la industria de la guerra. El horror de un régimen de terror, cual escarabajo peor que Gregorio Samsa, contiene megalomanía y odio. La metamorfosis de Putin sin alma está esculpida bajo la figura asesina del idiota que no gobierna a seres humanos.

[email protected]
@kleber_mantilla