Renuncia o destitución

Salvatore Foti

El señor presidente de la República está literalmente dinamitando todo el aparato estatal. Nada funciona y ningún ciudadano puede sentirse protegido por el Estado: los criminales tienen el control total del país, los hospitales están desabastecidos, el Registro Civil no funciona y el IESS está al borde del colapso económico. Los niños no pueden ir a las escuelas por miedo y ahora nos quitan incluso la luz para llevar a cabo negocios de última hora.

Ecuador parece haber dejado de existir y la responsabilidad recae en el presidente de la República, quien parece estar más interesado en viajar que en resolver los problemas del país. Urge un acto patriótico y digno por parte del presidente o de la nueva Asamblea: o el mandatario renuncia o se le debe destituir de manera democrática y legal. Sería sumamente injusto que alguien que ha destruido al Estado y a todas sus instituciones sea premiado al final de su mandato, entregando el poder al próximo presidente.

El actual mandatario no puede quedarse en el poder por más tiempo, ya que sigue tomando decisiones perjudiciales para todos nosotros. Si no tiene la dignidad y el amor patrio suficientes como para renunciar, entonces debemos buscar el camino para su destitución; hay más que suficientes razones y ya hay personas que hablan incluso de traición a la patria. Continúa asaltando las arcas fiscales en busca de fondos a costa del próximo gobierno.

Han llevado al país a la destrucción y deberán rendir cuentas muy pronto. Por ahora, como sociedad civil, es nuestro deber insistir para que se retire de su cargo. Lasso debe dejar de perjudicarnos y de llevar a cabo acciones perjudiciales para el país. Además, esperamos una intervención pronta del nuevo presidente electo, Daniel Noboa, quien debe comenzar a hablar sobre las medidas inmediatas que tomará para tranquilizarnos. No vamos a tolerar un año y medio más de la misma situación.