¿Qué más debe pasar para que renuncien?

Salvatore Foti

El Ecuador está viviendo una de sus épocas más nefastas debido sobre todo al incremento de la criminalidad y del terrorismo. Ya hemos rebasado con creces los 3.500 asesinados y nos vamos consolidando como uno de los países más violentos de la región, rompiendo récord históricos.

Y si esto fuera poco también podemos ir añadiendo, entre los logros del actual gobierno, además de las masacres carcelarias y el asesinato a un candidato presidencial, también los coches bomba en las ciudades de Quito y Cuenca.

Los reos hacen de la suya en cada recinto carcelario del país en donde hay armas, droga, granadas, celulares y hasta criaderos de tilapias.

Pues no hay otra manera de entenderlo si consideramos que a pesar de todo lo que pasa en el país ni el presidente ni un solo ministro responsable de la seguridad nacional han puesto en consideración su renuncia. Evidentemente, lo que pasa se considera aceptable y no es causal de despido. Igualmente aceptables han de ser las pérdidas “colaterales” de niños y ciudadanos inocentes que a diario son víctimas de la violencia. Aquí, simplemente, no pasa nada pues el poder del presidente y su entorno es inmune a cualquier denuncia y a cualquier calamidad que estén ocasionando al país.

Los que siguen defendiendo a Lasso hoy están defendiendo a la ilegalidad, la desinstitucionalización, y esto es imperdonable.

No es un mejor país, ni de lejos. Por enésima vez ha llegado la hora de considerar que este presidente y este pobre gabinete renuncien y dejen de hacerle tanto daño al Ecuador pues cualquiera, incluido Borrero, puede hacerlo mejor que ellos. Aguantar tres meses más es masoquista y no nos merecemos seguir viviendo en el miedo de ser secuestrados o asesinados; este gobierno ha fracasado desde hace dos años y el mal llamado mandatario ha hecho hasta lo imposible para que se le pida la renuncia.