Saber decidir

Todo ser humano desea tener control sobre su vida y tomar las decisiones que considere convenientes para su bienestar y el de su familia. Este sentimiento de libertad es el que todos anhelamos, sin que nos restrinjan presiones externas o existan sentimientos encontrados que impidan tomar nuestras propias decisiones. Cuando se toman decisiones equivocadas por miedo, presión o situaciones oscuras, las consecuencias son lamentables.

En la realidad podemos no ser libres, pero pensamos que lo somos porque tomamos nuestras propias decisiones: formar un hogar, trabajar en lo que nos gusta, decidir dónde vamos a vivir, cómo alimentarnos, vestirnos, ocupar nuestro tiempo libre, etc. Una persona sabe decidir porque su capacidad y conocimiento lo hacen responsable y está preparada para enfrentar los problemas de la vida diaria; así mismo, existen irresponsables que ofenden a la sociedad y las buenas costumbres que todos los seres humanos tenemos como forma de vida.

Cuando se confunde libertad con libertinaje, deben aplicarse leyes, normas y reglamentos que rigen el comportamiento de las personas en sociedad. La vigencia del orden evita arbitrariedades que terminan con la seguridad y confianza de la gente y que crean zozobra y miedo. Quienes no se someten a las normas de conducta establecidas legalmente deberán ser juzgados por sus infracciones. Cuando la gente es manipulada se le obliga a cometer una serie de arbitrariedades que dejan secuelas en su autoestima y valía como seres humanos.

En el campo de la política se hacen ofrecimientos para engañar a la gente y evitar que tome sus propias decisiones. Su libertad se encuentra condicionada a la voluntad de un líder o caudillo que decide su futuro y toma sus decisiones por ella. El propósito de los partidos políticos es manipular el pensamiento de los electores con ofertas que les faciliten imponer sus intereses particulares e ideológicos. Cuando se acerca un proceso electoral hay quienes sueñan con reelegirse, otros por ser candidatos; pero, sí llaman la atención escenas pintorescas y ridículas para conseguir votos, alcanzar el poder, y cubrir la retirada de corruptos y corruptores que avergüenzan al país.