La paz se logra con diálogo

Rodrigo Contero Peñafiel

Dos personas no pelean si una de ellas no quiere. Los problemas se solucionan con el diálogo, las actitudes empáticas son conductas propias de la especie humana que ha evolucionado con el tiempo y mira el futuro, a pesar de que en pleno siglo XXI sigue habiendo guerras, genocidios, homicidios, asaltos y grescas de toda naturaleza.

El pelear es una conducta natural de los seres vivos y sociales. Cualquiera sea el caso es necesario buscar una solución al conflicto con la finalidad de restablecer las relaciones familiares, sociales, de trabajo o amistad, incluso con aquellos grupos opuestos, que buscan exigencias individuales o colectivas, dependiendo de la intencionalidad económica, sindical o política.

Lo importante es eliminar la ansiedad provocada por el choque entre los involucrados y reducir el riesgo de futuras confrontaciones entre personas y grupos. La solución de conflictos requiere la participación de terceros, que hacen de mediadores para la reconciliación. Por eso, es importante la participación de especialistas y conocedores del arte de gobernar o de psicoterapeutas, según el caso, que puedan establecer el método más adecuado para deponer actitudes hostiles o de resentimiento que impiden mirar las cosas en su verdadera dimensión.

El rencor y la necesidad de venganza tiene consecuencias trágicas entre familias, grupos sociales y naciones. El reconocimiento social tiene mucha importancia en el restablecimiento de relaciones para ajustar la conducta de los seres humanos y evitar conflictos mayores. Muchas veces el consuelo surge espontáneamente de un tercer integrante que ha sabido soportar y resolver sus conflictos.

Las agresiones dejan huella, y saber superarlas con el diálogo reduce el estrés. Curiosamente, las conductas de tranquilidad son habituales en los primates, y con mucha más razón es viable entre seres humanos. Obrar desde el rencor y la venganza no es la solución. La evolución cultural y social estimula la mente de las personas, a través de métodos psicosociales que permiten superar las diferencias, demostrando que, a pesar de las dificultades, la paz es posible cuando se prioriza el diálogo sobre la honestidad.