El egoísta en la vida real

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Rodrigo Contero Peñafiel

Las investigaciones psicológicas concuerdan en que la mayoría de nosotros no comprendemos los puntos de vista de otras personas. Tampoco es una tarea sencilla, puesto que nosotros mismos no somos capaces de entender nuestras propias ideas al primer intento. Esto se debe a que estas se encuentran ocultas debajo de otras, impidiendo se analice de forma racional lo que sucede en la vida real.

Cuando no se tiene en cuenta el honor y el bienestar de los demás, los perjudicados son quienes piensan en sí mismos. Lo que parece ser un déficit moral, no es más que el resultado de un modo de vida al que se adapta una minoría egoísta y moralmente cuestionada como los Asambleístas que pretenden reformar el Código Orgánico Integral Penal para beneficiar a los socios del crimen organizado.

Reprochar a un egoísta por su comportamiento suele ser una tarea inútil; la persona que lo hace lucha contra un síntoma y no puede controlar la causa que lo provoca. En el mundo las personas egoístas piensan en sí mismas y sus intereses porque nadie las puede dar pensando sus ambiciones. Todo aquel que se comporta de manera fría y egoísta no necesariamente es inmoral, tal vez piensa que las reglas del juego en la vida son así y no tiene sentido reprochar su falta de moralidad enraizada en su ignorancia.

Las personas pueden liberarse de su egoísmo, observando las actitudes de otras personas, y reconociendo que la vida está lejos de ser tan cruel como piensan. En algún momento podrán darse cuenta de que hay que ser uno mismo y practicarán la realidad con actitudes que la naturaleza les ha conferido. Para llegar a ser equitativos, deben entenderse a sí mismo y a los demás.

Por desgracia parece ser que el presente estuviese azotado por una crisis moral sin precedentes. En la actualidad las investigaciones materiales y mentales nos hablan de un sentimiento profundo de desmoralización, escepticismo, falta de compromiso, resignación e incertidumbre en un entorno que presiona a las personas con ética y moral, a que se alejen de la vida social como consecuencia de un contexto donde existe muchas dudas sobre el cambio, frente a tantas ofertas y aspiraciones jamás cumplidas.