Agregar talento a la política

Rodrigo Contero Peñafiel

Si no ponemos atención en las causas de nuestros actos, nunca podremos modificar nuestra conducta. Todos podemos crear conciencia cuando analizamos lo que sucede en nuestro entorno, para no pensar ni creer que los acontecimientos suceden en contra nuestra, como personas. Sin embargo, los hábitos que mucha gente se crea en el transcurso de su vida se encuentran muy arraigados en su personalidad, lo que les hace pensar que si algo no está siempre bajo su control les provocará incertidumbre y malestar.

La gente que piensa es única y eso es lo mejor que puede tener la sociedad. Un político que se siente insustituible en el poder, lo hace porque cree que todo debe girar a su alrededor, cuando en realidad sus acciones van en beneficio propio y de sus allegados. Su capacidad cognitiva es tan limitada que solo sabe actuar por instinto al haber entregado su conciencia, por incapacidad o por carecer de inteligencia y sensatez en sus emociones. Este tipo de individuos son muy fáciles de identificar porque la falta de cognición en sus emociones les hace pensar que la política es para dominar y hacer fortunas.

Con frecuencia muchos elegidos conectan el cerebro con la lengua, actúan sin pensar ni analizar los acontecimientos sociales y económicos del país porque solo saben expresar discursos de los que luego se arrepienten, o son expertos en realizar pactos vergonzosos que siempre traen consecuencias negativas para el país. La Asamblea Nacional es el ejemplo más evidente de la incapacidad y falta de conocimiento de muchos elegidos, quienes llegan únicamente para cumplir tareas dispuestas por sus caudillos. La búsqueda de mayorías parlamentarias para conseguir sus fines se ha convertido en una práctica agresiva, violenta y vergonzosa, que demuestra su falta de preparación y cultura.

Saber reflexionar, analizar y luego actuar es la norma fundamental que todo político debería saber practicar como principio fundamental en su corta carrera por la vida pública. El diálogo, el análisis, y la capacidad de crear soluciones adecuadas debe ser la norma fundamental de la nueva Asamblea Nacional. Los pactos bajo la mesa demostrarán sus intenciones.