Prudencia y creatividad

Los tiempos actuales, pandémicos, porque a pesar de lo que se diga aún no entramos en la era pospandemia, son de incertidumbre frente a este virus que evoluciona y nos deja con el temor de que aún quienes están vacunados con las dos dosis pueden resultar contagiados por las nuevas cepas. La verdad es que hay mucho que la ciencia médica aún desconoce, a pesar de que en un tiempo récord se probaron las vacunas y se las empezó a administrar en los diferentes puntos del planeta, con una luz de esperanza que abre la posibilidad de que una cierta normalidad regrese a los países.

En todo caso, hay esperanzas y va a depender mucho de la capacidad de los gobiernos de enfrentar las tareas de vacunación en las diversas regiones de los países, bajo el principio de equidad y de agilidad. Pero, por otro lado, cada uno de nosotros debe asumir una actitud de prudencia, de mesura en sus relaciones, sin correr riesgos innecesarios, sin dejarse llevar por los triunfalismos que suelen ser parte de la naturaleza humana pero que conducen a catástrofes anunciadas y no evitadas.

Frente a la necesidad de ser prudentes, usar las mascarillas, mantener el distanciamiento físico, lavarnos las manos con frecuencia, evitar las multitudes, tenemos que pensar también en cómo reactivar el aparato productivo, gravemente afectado en países como el Ecuador, que necesitan con urgencia establecer confianza y propiciar la generación de empleo, sobre todo para los más jóvenes.

Por ello es evidente que tiene que ponerse a prueba la creatividad de los gobiernos y de los ciudadanos para que salgamos del estancamiento y de una angustiosa situación que ya no debe prolongarse más, estableciendo incentivos para la producción, buscando alternativas con la utilización de las tecnologías, generando alianzas con los países amigos que abren las puertas frente a la nueva realidad política del país.