Política ‘de a perro’

Alfonso Espín Mosquera

Somos lo que comemos dice burdamente una máxima popular, que francamente es muy cierta; lo mismo pasa con la Asamblea Nacional, pues merecemos lo que tenemos, porque somos nosotros los que hemos llevado a esos cargos a los ‘padres de la Patria’.

La verdad es que en los momentos actuales más del 90% de los ciudadanos rechazamos a los asambleístas, que le han atinado a todo juego politiquero, sin importarles para nada el destino del país.

Hoy por hoy, el estado de desestabilización crece día a día con un juicio político sin pies ni cabeza, lleno de una serie de inconsistencias, impulsado por legisladores que buscan desesperados la manera de botarle al presidente, como que algo fuésemos a ganar con su salida, más allá del desequilibrio político e institucional.

De todo se han colgado y hasta se han festejado, con crueldad e infamia, porque si el invierno ha traído terribles desgracias como la de los hermanos de Alausí, les ha servido para echar lodo al gobierno y buscar culpabilidades en el régimen.

Las próximas horas son inciertas para el país y no hay como quitarle la culpa a este gobierno que, impávido, ha permitido que la oposición haga lo que guste, que los grupos de presión actúen a su antojo, sometan a su voluntad decisiones de mayorías en beneficios de los dirigentes. De hecho ante la Corte Constitucional permaneció Leonidas Iza con los suyos, amenazante, y se habló de paro como acción inmediata de no darse el dictamen que lleve a juicio político a Lasso.

Este es un país de verdugos, de sentenciados prófugos que aprovechan las debilidades, ineptitud y falta de comunicación de este gobierno para tratar de alzarse más temprano que tarde con la impunidad en las causas por las que deben pagar y, entonces, dispararán “los pájaros contra las escopetas”.

El presidente de la República deberá dejar ese tono tembleque y dubitativo para poner en el sitio a tanto corrupto que busca la pesca a río revuelto y jugarse con todas por la dignidad personal y de los ecuatorianos, que nos hemos quedado ‘alelados’ de ver tanto cinismo y picardía para levantarse con un juicio político.

Ojalá se mire también la labor de ese bochorno que es la Asamblea, institución que debió legislar en bien de todos y nos queda debiendo para esta y la otra vida.

No es posible la impavidez de los ciudadanos, no para defender a Lasso, sino con respecto al sistema democrático y al ir en contra de los vicios que se han hecho costumbre entre los políticos que buscando protagonismos, se lanzan aun desde la ignorancia a oponerse a lo que les dé la gana o a aprobar lo que les parezca, siempre y cuando eso favorezca los intereses de sus líderes, como los del expresidente Correa, que se pasea por el mundo entero cabildeando sus maldades, en pos de retornar a terminar de destruir el Ecuador.