Pablo Granja
Tuve la suerte de conocer fugazmente a Olof Palme cuando era vicepresidente de la Internacional Socialista; años después fue asesinado siendo primer ministro de Suecia, cargo que ejerció con honradez y consecuencia política e intelectual. Es conocida su respuesta a un politicastro que con ínfulas de matarife le dijo: “Señor Palme, en mi país estamos luchando para eliminar a los ricos”; serenamente le respondió: “En cambio en mi país estamos luchando para eliminar la pobreza”. Ahí, de manera sencilla y contundente, está la diferencia entre un respetado hombre de convicciones – sin complejos ni resentimientos – de los que utilizan una retórica mentirosa, populista y demagoga para llegar al poder y lucrar de él; beneficiando a agnados y cognados, creando una “una casta privilegiada y corrupta”, como acertadamente los califica J. Milei. Haciendo justicia, hay que reconocer que a veces son sinceros y confiesan sus verdaderas motivaciones. Los testimonios constan en videos que circulan en las redes sociales:
“Sacas a la gente de la pobreza, creas una clase media a la que le empieza a apestar los pobres y ya no reciben el discurso de la izquierda sino el discurso de la derecha… y se vuelven pobres subjetivos no objetivos, están mucho mejor que antes, pero subjetivos porque les falta mucho más para lo que actualmente aspiran; como ahora aspiran vacaciones en Miami están muy lejos de aquello y se vuelven frustrados….” Rafael Correa.
“Estamos en un barrio popular, … y mientras uno más consigue pobreza hay más lealtad a la revolución y más amor por Chávez; mientras el pueblo es más pobre es más leal al proyecto revolucionario …” Bolivariano recibiendo al coronel Chávez en un acto político en Caracas.
“Cuando los pobres dejan de ser pobres y tienen, entonces se vuelven de derecha” G. Petro.
“Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. Entonces, no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. Andrés Manuel López Obrador.
¿Queda alguna duda de que para los socialistas del siglo XXI la estrategia es mantener a la gente en la pobreza y hacerlos dependientes de lo que el Estado les da? No defienden causas nacionales sino las consignas del Grupo de Puebla. Estamos siendo testigos de ello, empezando por el infame exhorto de R. Correa a México para que bloqueé Guayaquil con lo que “el país quebraría en uno o dos meses”. Entonces, no sorprende que haya exdiplomáticos, entrevistadores y entrevistados criollos, que defienden con fervor la tesis de AMLO respecto de los efectos del ingreso por la fuerza a la embajada. Pero callan de las causas que lo provocaron, que no es otra que haber convertido dicha sede en guarida de sentenciados y prófugos de la justicia; lo cual también está prohibido en convenios internacionales de igual valor que aquellos que condenan la inviolabilidad de las sedes diplomáticas. Para ellos, ¿la intromisión de López está por encima de las sentencias emitidas por la justicia del país? ¿Están de acuerdo en ceder nuestra soberanía con tal de alcahuetear a un compinche? Se ufanan pronosticando que México ganará el partido porque tiene mejor equipo y más experiencia. Yo no creo:
México pidió sanciones de la OEA; resultado: amonestación para los dos; gol de Ecuador. Pidió reunión de la CELAC; resultado: fracaso total, asistieron 7 de 33 países; gol de Ecuador. Pedido de expulsión de la ONU; resultado: se necesita la unanimidad de los 193 miembros; gol de Ecuador. R. Correa pide sanciones ante el auditorio vacío del Parlamento Europeo; resultado: indiferencia absoluta; gol de Ecuador. Demanda ante la Corte Internacional de Justicia; resultado: uno de los magistrados encuentra que no hay méritos para encausarnos; gol de Ecuador. México se opone a que el BID otorgue un crédito al país; resultado: el crédito es otorgado; gol de Ecuador. Para cerrar el marcador – hasta aquí – hay que agregar el “autogolazo” que se metieron los “progres”, al demostrar ante el mundo que son afines a la corrupción e incondicionales con sus delincuentes. Resultado: Ecuador 7 – México 0. Ganamos por goleada.