Expertos en comida y turismo

Pablo Escandón Montenegro

En un almuerzo de fin de semana se comentó acerca de cómo está la crítica gastronómica y de turismo en el país. La pregunta no era esa, sino si en verdad existe una verdadera actividad de crítica gastronómica, de calificación especializada de restaurantes y destinos turísticos en nuestro país.

No hablábamos de reseñadores de TikTok ni de influencers que buscan pasar un fin de semana en un hotel, hostal o paradero con canje por su alcance entre sus ‘followers’. Hablamos de aquella figura mítica que dispara la película de la ratita cocinera, de aquellos verdaderos expertos que evalúan el servicio, la atención, los productos, el ambiente y la experiencia en un restaurante, en un bar o en un hotel o una ruta vacacional.

Y es que durante más de cinco años nos vienen vendiendo que Quito gana constantemente los premios internacionales de turismo y vamos a locales reseñados y la verdad es que son caros y la comida no es extremadamente experiencial ni que nos ‘vuele el paladar’. Tampoco los hoteles nos entregan servicios diferenciados que nos provoquen ir allí cada cierto tiempo.

Entonces, ¿dónde y quiénes tienen los criterios de evaluación de la industria? ¿En qué se basan? ¿Quién los conoce? Son preguntas que no podemos responder porque no hay una verdadera crítica desde el usuario experto, desde el especialista que califica si tal o cual experiencia sensitiva está acorde con su pago.

Y es que solo con la verdadera educación del paladar y de los demás sentidos, y de la experiencia turística podremos recomendar y valorar estos destinos, de lo contrario toda ‘fast food’ decorada y cualquier modificación a una cama con techo serán vendidas como innovación, y cualquier premio será un pretexto para banalizar el servicio.

Es necesario que existan estas actividades que vinculen su conocimiento con la cultura y el entorno socioeconómico e histórico, pues solo así se crea una identidad propia del sector, como la tiene Perú, por ejemplo.