Concejo en ruta

Pablo Escandón Montenegro

Vivimos la efervescencia de las fiestas de fundación, con actividades previas que han subido el ánimo de la población: el Quito Fest, la Feria del Libro, luego la inauguración del metro, y esta semana, sí, los conciertos, serenatas, homenajes y demás.

Asistimos a una estrategia comunicacional de gobierno municipal en la cual se muestra un Concejo sólido, unido a diferencia de los anteriores, que fueron conflictivos, individualistas y desestabilizadores. Desde mayo hasta noviembre la imagen del Municipio de Quito no fue muy fuerte ni impactante, pues no era el momento de competir con la elección presidencial.

Pasada la contienda electoral, la institución municipal ha propuesto una estrategia comunicacional muy vinculada con la cultura y sus expresiones, por lo tanto, la cultura del metro es esencial para configurar la imagen del quiteño que cuida de todo lo que le pertenece.

La línea única de este medio de transporte es tomada como la forma de unidad de un Concejo que se muestra conducido por el alcalde y donde todos los concejales son piezas importantes para que esta cultura de equipo tenga éxito y llegue a sus paradas a tiempo y con seguridad, pues la operación correcta del metro depende también de los usuarios.

Y es que mostrar unidad en la diversidad es una buena estrategia, que se puede plantear al tener mayoría en el Concejo, pero también por saber negociar internamente a partir de las capacidades y propuestas de los propios concejales, en sus mesas de trabajo.

Mantener un Concejo despolarizado es un gran reto, un proceso en constante afinación, como la operación del metro, pues se llega a término final durante el viaje, que es progresivo, y en el cual la ruta, por más sencilla o directa que sea, requiere de la participación activa, solidaria y propositiva de todos los implicados. Veamos hasta cuándo se puede mantener esta solidez, sin que los apetitos personalistas o grupales afecten a lo propuesto.