Guayaquil necesita más áreas verdes

Milica Pandzic

Los espacios verdes son fundamentales en toda ciudad, y hoy la contaminación y el calentamiento global nos tocan la puerta como recordatorio. Sin embargo, a pesar de todo estudio y toda señal que reafirma la gran necesidad de incluir áreas verdes en la planificación de una ciudad, el desarrollo de Guayaquil, una de las principales ciudades del país, no ha contado con ese elemento, al menos no de forma relevante.

Generalmente se cita una recomendación de 9m2 de área verde por habitante, y varias autoridades a lo largo de los años han afirmado que Guayaquil cumple con dicha cifra. No obstante, organizaciones como Fundación La Iguana han hecho sus propios análisis, llegando a conclusiones opuestas.

Adicionalmente, la OMS recalca que no solo importa la cantidad, sino que otros factores a tomar en consideración son la disponibilidad, accesibilidad, calidad y seguridad de los espacios verdes públicos. Algo en lo que Guayaquil también falla con las pocas áreas verdes que tiene.

Si bien es claro que la ciudad está atravesando por muchos problemas, este es uno cuya solución es un poco más sencilla —y es una gran oportunidad que favorecería el bienestar de los guayaquileños—. Los que hemos vivido en Guayaquil sabemos que merece y puede ser más que una ciudad gris, y la nueva administración local y el nuevo Gobierno podrían trabajar en conjunto para que esto se vuelva una realidad.

No obstante, la colaboración de las entidades, al menos públicamente, se ha centrado en dar permisos a una carretera que atravesará Cerro Blanco, una de las pocas áreas verdes protegidas. El rechazo de la ciudadanía de afectar cualquier área protegida ha sido claro y contundente, y nuevamente, las demandas por más áreas verdes se hicieron visibles – ¿será que las autoridades responderán acorde?