8M: ¿Qué futuro tienen las niñas en Ecuador?

Milica Pandzic

¿Qué futuro tienen las niñas en Ecuador? Es una pregunta que ha rondado mi cabeza por varias semanas ya. Estos primeros meses del año nos han presentado casos trágicos donde niñas indefensas han sido víctimas de sus entornos cercanos. Y para este 8M, esta pregunta adquiere mayor relevancia, y la necesidad de reflexión se vuelve ineludible.

Varias pequeñas, menores de 10 años, perdieron la vida asesinadas en sus entornos familiares. Por otro lado, existen varias denuncias de abusos sexuales a niñas y adolescentes, por parte de estudiantes de su misma institución educativa. Y estos son solo los casos que han llegado al conocimiento público. Es decir, son solo una pequeña fracción de una realidad que no podemos negar: Ecuador todavía no logra construir espacios seguros para las niñas, ni siquiera en lugares donde existe el deber legal y ético de protegerlas, como sus casas o sus escuelas.

El entorno de violencia y encubrimiento sigue vigente para las niñas más vulnerables. Mientras el embarazo adolescente ha disminuido, en el 2022, 4.099 niñas de entre 10 y 14 años quedaron embarazadas en Ecuador, una cifra que se ha mantenido constante durante los últimos cinco años, con un alarmante 60% de agresores provenientes de la misma familia. Además del trauma del abuso sexual y las complicaciones obstétricas, una niña que llega a ser madre tiene una condena casi segura a una vida de pobreza.

Por otro lado, en el contexto que vivimos, la delincuencia y el crimen organizado son una amenaza adicional para el desarrollo y protección de las niñas. La tasa de homicidios infantiles ha aumentado en un 640%, lo que, junto a la deserción escolar y el cierre de las escuelas, la falta de acceso a lugares públicos seguros, el reclutamiento forzado, entre otros, muestra los difíciles desafíos que requieren respuestas urgentes. Las niñas de nuestro país lo merecen.