El peligro de tostar granizo

Manuel Castro M.

“En política es posible inclusive tostar granizo”, lo dijo el doctor Andrés F. Córdova, eminente político, tratadista de Derecho Penal. Frase ingeniosa que casi todos los políticos o aspirantes a tales la repiten, cuando hay que tomarla con pinzas, pues da a entender que no hay imposibles para la política, frase criolla parecida al cuestionado “El fin último es mantener el poder a toda costa”, dicha por Maquiavelo, quien completaba: “La política no tiene relación con la moral” y “El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar”. Su ligera aplicación permite entonces prescindir de la ética, de la ideología, de la amistad, y daría a entender que sólo hay intereses en la vida política. No hay que olvidar que ‘El Príncipe’ fue escrito con la intención de ayudar al príncipe Lorenzo de Médici ‘El Magnífico’ a unificar Italia. Obra que escribió Maquiavelo en prisión, acusado de conspirar contra los Médici, siendo una suerte de salvarse en forma profunda mediante la contradicción de sus anteriores actividades políticas.

En el Ecuador en la política actual bajo cualquier pretexto: unificar, desterrar el odio, cambiar el proceder anterior, se habla o se busca a cualquier precio alianzas que surjan o se pacten en la Asamblea Nacional para la elección de autoridades, comisiones. Están en su derecho, pero no deben los asambleístas que son los representantes del pueblo y que tienen que atenerse a los planes e ideales que presentaron a sus electores, dejar a un lado esos principios. No pueden de otra parte ser inconsecuentes con su posición política y ajenos a la ética y ausentes de racionalidad y buen juicio político. Es indudable que habrá algunos que por prebendas o pequeñas cuotas de poder estarían dispuestos a someterse al mejor postor. Pero serán los menos, pues aún está presente el desprestigio y descrédito de la anterior Asamblea Nacional por su proceder oportunista y deficiente.

El Partido Social Cristiano y los otros partidos y movimientos, si aún le queda pudor y esperanzas de un futuro mejor, jamás deberían pactar con el correísmo, pues precisamente alianzas anteriores antinatura produjeron la disolución de la Asamblea y nuevas elecciones, que no han sido ninguna panacea para el pueblo ecuatoriano. No olviden: “Un hombre puede ser un mal juez, pero el hombre, en conjunto, es buen juez siempre” (Emile Charlier).