Mafias o paz

¿Qué nos une, junta, amalgama, compromete, edifica y alienta como ecuatorianos y ecuatorianas? Posiblemente, por aquí deberíamos empezar al momento de soñar, primero, y aterrizar, después, en las primeras acciones para resolver las urgencias de todo orden. Solo al momento que respondamos esta pregunta que parece sencilla, pero que realmente toca las fibras más íntimas de nuestra identidad, actuaremos sin anteponer los egos, la defensa a ultranza de intereses, los padrinazgos y la mala fe. Puede haber causas que nos unan en la coyuntura, pero también otras que arrastramos históricamente y que se invisibilizan por las demandas sociales cada vez más apremiantes.

En la coyuntura, la lucha contra las manifestaciones y consecuencias de la inseguridad son una causa nacional. La primera preocupación de la mayoría de la población es la delincuencia en sus diversas formas de violencia. Desde el robo de un teléfono celular, el hurto de una cartera de bolsillo, pasando por el microtráfico en las escuelas y colegios hasta la venta de arsenales de armas, distribución y circulación de toneladas de droga con la participación de bandas nacionales en red con el crimen transnacional organizado. Lejos, realmente muy lejos, está la percepción de que somos una isla de paz. Ahora, vivimos en la incertidumbre. Esta fatalidad nos puede juntar en la implementación de un plan de seguridad nacional a largo plazo, ya que no está en juego la vida de una persona, sino la convivencia pacífica de todo el país.

La penetración de la delincuencia como manifestación cotidiana y la presencia del crimen organizado como modelo de negocio y control sociales son determinantes, pues provocan un estado de miedo generalizado en la sociedad y, por otro lado, configuran la narcopolítica, es decir, que los carteles de la droga están al mando del Estado. Una de las consecuencias de ello en otros países es la indefensión ciudadana y la entrega de la justicia, la seguridad y el gobierno a las mafias. No está lejos, lo que sucede en México, Colombia y Venezuela. Por ahora, la causa común es la seguridad.