El poder de los deseos

Lorena Ballesteros

En esta época navideña los sentimientos se sitúan a flor de piel. Es un buen momento para reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos ser. También para soñar, para desear. Por eso está clara la intención de Disney de lanzar su última película ‘Wish’ precisamente en estas fechas festivas. El filme tiene un profundo mensaje sobre el poder de los deseos. Esas intenciones que nacen del interior de cada persona, que son pensamientos íntimos enfocados en su propio bienestar o en el de los seres queridos. Cada uno debe tener la libertad para soñar: con su casa propia, con su emprendimiento, con la salud, con un viaje a tierras lejanas, con estudiar, con encontrar a la persona amada. En fin, las posibilidades son infinitas. Y, sin embargo, la película muestra cómo la libertad de desear también puede ser controlada por otros.

En el reino de Rosas, su gobernante Magnífico, recibe los deseos de su pueblo. Al entregarlos, cada persona renuncia a la memoria de sus deseos. Es decir, una vez que los deseos pasan a manos del rey, el súbdito olvida lo que deseó. Magnífico recibe los deseos, pues al ser un poderoso hechicero, tiene la posibilidad de hacerlos realidad según su conveniencia. Así, cada mes, los habitantes de Rosas se reúnen para aclamar a su rey y esperar que el deseo que se materialice sea el suyo. Se supone que Magnífico los escoge al azar, pero luego vemos que lo hace con premeditación. Pues hay deseos que nunca deben cumplirse. Con la ceremonia de deseos, Magnífico se asegura la devoción de su pueblo y al mismo tiempo controla sus aspiraciones. La gente desea, anhela y luego olvida.

Disney nunca había sido tan explícita sobre el maquiavelismo de los gobiernos. Es una analogía potente sobre el absolutismo de ciertos líderes que pretenden controlarlo todo. Y cuando pierden el control, pues valga la redundancia, todo se sale de control.

La narrativa de la película está cargada de esperanza (fiel al estilo de Disney). Pues empodera a la ciudadanía a alzar su voz, a unirse y luchar por sus deseos. Hacia el final hay un emotivo mensaje sobre la capacidad que tenemos los seres humanos no solo para soñar, sino para hacer realidad nuestros sueños. Si bien al inicio la posibilidad de cumplir deseos recae exclusivamente sobre el rey Magnífico, los ciudadanos reflexionan sobre la manera en que deben alcanzarse las metas propuestas. Si bien el slogan de la película es “el poder de los deseos” debería referirse también a la libertad de cumplir tus propios deseos. Y mi deseo en esta Navidad es que todos ustedes, queridos lectores, confíen en que podrán hacer realidad sus sueños.