Libertad de prensa

Pablo Escandón Montenegro

Hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que desde 1994 fuera instaurado por la ONU.

¿Pero qué es esto de la libertad de prensa? Para muchos es solo tener el derecho incuestionable de publicar y circular información sin censura, sin intromisión de un tercero, siempre el Estado. Nosotros lo hemos llevado al extremo, tanto del lado de la censura y del control, como del costado de quienes generan la información y la difunden. La prensa, el periodismo y las empresas mediáticas tienen que ser libres para que puedan difundir información de interés social, de importancia para las comunidades, para que el bien común sea lo que prime y no las necesidades mendaces de quienes tienen los diferentes poderes.

Pero esto anterior es un ideal, pues como todo proceso social y como toda actividad humana, está a merced de las subjetividades de quienes administran los espacios informativos, públicos, privados o comunitarios, y ven a ese medio como algo propio, no como algo de intermediación ni de servicio. Nada que ver con la información como servicio público, no; como servicio al otro, al igual, como servicio a aquel que lo desampara el Estado, o de servicio a aquella a quien le vulneran sus derechos.

La libertad de prensa va mucho más allá de poder publicar, difundir y circular información; tiene que ver con la libertad de autocontrol, también; de medir tiempos, sucesos y beneficios para la sociedad, pues muchos periodistas publican sin medir estos tiempos, sin valorar los efectos de la publicación, emisión o circulación de la información, y solo ven el beneficio de su propia imagen, cuando su trabajo es social, es comunitario y que tiene que verse en la satisfacción de necesidades de los demás.

La libertad de prensa es un arma potente para quien sabe manejar la información, para quien de manera profesional y ética respeta a sus fuentes, a la sociedad y los lectores, receptores de su contenido. Su trabajo es responsable y afecta directamente a la comunidad con la que trabaja. Allí radica la libertad de prensa: saber considerar si la emisión de un contenido, en el tiempo y el espacio, es oportuna y ayuda a revertir una situación anómala en la sociedad.

La libertad de prensa es una actitud que el periodista y el medio deben tener por sobre cualquier interés económico, político o ideológico. Una prensa libre es la que comprende que la información con la que trabaja afecta, moviliza, emociona y proporciona datos comprobables para que los ciudadanos evaluemos y decidamos.

Una sociedad sin prensa libre está a merced de la desinformación, de la manipulación, de los intereses protervos de quienes no desean una sociedad equilibrada y solo desean atenuar la polarización y el desencuentro.