Lasso en primera etapa: los tributos

Si bien el presidente Guillermo Lasso durante la campaña aseguró que su gobierno bajaría los impuestos y fomentaría la reactivación económica, tal como se esperaría de un gobierno abierto al emprendimiento, nada de esto se ha dado aún y, lo que es peor, la reforma tributaria que se viene podría dar el enésimo golpe a los bolsillos de los ecuatorianos, en tanto los acuerdos con el FMI le exigen recaudar más recursos a través del tema tributario y seguir respetando la agenda económica marcada por Moreno y siempre respaldada por CREO .

Así que los que esperaban ver una “revolución económica“ en el país deberán conformarse con otro presidente que, lejos de tener políticas públicas y económicas innovadoras e imaginativas, podría inclinarse por subir el IVA 3 puntos y sacarle más plata a la clase media y media alta.

Probablemente nos pedirán más sacrificios que en tiempos de pospandemia son inaceptables, peor aún en un país donde pobreza, desempleo, delincuencia, sicariato, corrupción y pésimo manejo de la pandemia exigirían medidas mucho más amigables y liberales en términos económicos, tal como se nos prometió.

A todo esto debemos añadir que el actual gobierno está sujeto a una mayoría débil y marcadamente de izquierda dentro de la asamblea; por ende, la reforma tributaria debería pasar con el poco probable apoyo de la Izquierda Democrática y de Pachakutik, esta última, una organización antiderechista y sumamente dividida en este momento.

CREO y su líder están al mando de un bloque progresista destinado a fracasar a muy corto plazo, pues las reformas que se vienen traicionan tanto a los principios y a las promesas de campaña del actual mandatario como a aquellos de las organizaciones de izquierda del país.

Así que sigamos de cerca el caso de la reforma tributaria. Pondrá orden y sellará alianzas dentro de la Asamblea o simplemente delatará la debilidad política de un país ingobernable que podría dirigirse hacia el caos político y social.