La insoportable levedad de la Asamblea

 En 1984, Milan Kundera publicó su libro ‘La insoportable levedad del ser’ —título que he utilizado para el presente artículo— que es una novela de amor y de traiciones, de dudas existenciales y pasiones, pero también es una crítica a la ocupación rusa de Checoslovaquia. Los conflictos que se presentan en las vidas de los personajes, son asumidos como enfrentamiento por la manera como cada uno juzga y acepta sus actos. Uno de los comentarios anónimos acerca de la trama, dice que la historia “…comienza con la dicotomía sobre el peso y la levedad, postulando el concepto de peso como algo complicado y cargado de una alta responsabilidad; respecto al término de levedad tiene atribuciones de libertad, liviandad y por muchos como anhelado escape.….. La idea nihilista le asigna un aura angustiante: lo sublime y lo horrendo se repetirán de manera infinita hasta que carezca de significado”  (Nihilismo: Negación de toda creencia //Negación de todo principio religioso, político y social. Diccionario Hispánico Universal).

Trasladado este conflicto a nuestra realidad. Como en la novela de Kundera, a muchos nos produce angustia existencial ver lo que ocurre con el juicio político que pretende la destitución del presidente Lasso, que empieza con una acusación sin ninguna prueba, presentada por una asambleísta que antes aprobó el contrato que se transforma en la base de su denuncia, con el agravante de que su informe fue elaborado en el computador de un ex asesor suyo, a su vez conectado familiarmente con un funcionario de la empresa que, habiendo sido la causante de todos los males, curiosamente, ¡no está sentada en el banquillo de los acusados, junto a los administradores de FLOPEC que le estaban llevando a la quiebra! Por este enredo, que no es tanto, la Asamblea con 102 de 137 votos aprobó  consultar a la Corte Constitucional sobre la pertinencia de continuar con el juicio. Esta solicitud reglamentaria se rebajó a 56 firmantes. La Corte, con extrema liviandad, levedad, por la inexistencia de la prueba de presunto peculado, autorizó a que continúe el proceso en la Asamblea. Durante la sustanciación del informe de la Comisión de Fiscalización, se consolidaron los amores entre UNES y socialcristianos, unidos por la ambición del retorno, las impunidades y los rencores. Hay quienes dicen que los PPL (personas privadas de libertad) durante el gobierno de Lenin Moreno y liberados en el actual, fueron guiños infructuosos para intentar integrarse al triángulo amoroso que el señor Lasso rechazó dos años atrás; o que le engañaron como a doncella primeriza sólo hasta que ‘suelte la prenda’.

También se producen otras ‘levedades’, como que el presidente de la Asamblea convoque al Pleno para proseguir con el juicio sin que exista un informe de la Comisión como exige la norma, y acogiéndose a otras condiciones que son expresamente destinadas a funcionarios de menor rango mas no al presidente de la República. Aparecen los romances fugaces – léase ‘traiciones’ – porque en la aventura, o calentura, los 56 se transforman en 88 votantes que aprueban que el presidente se presente al patíbulo que le tienen preparado.

De por medio estaba la renovación de las autoridades de la Asamblea, ocurrido este domingo, en que a la pareja UNES – PSC se le juntaron algunos PK e Izquierda Democrática para protagonizar un borrascoso ‘menage a trois’ pero entre 4; juntando 96 votos, que se presume son los que votarán por la destitución. Esto demuestra el nihilismo – que no cree ni respeta nada, ni las leyes – de ese bulto conspirador e inútil, que con un insignificante 4%, de aprobación ciudadana, constituye la insoportable levedad de la Asamblea. 

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