Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla

José Alvear

Esa lapidaria frase de Jorge Agustín Nicolas Ruiz de Santayana permanece en la entrada del bloque 4 de Auschwitz. Parece que tendremos que incrustarla en la entrada del Ministerio de Energías y Minas por sobra de merecimientos. Es que resulta indignante que ante la vergonzosa gestión que terminó dejándonos a oscuras, afectando a los sectores productivos gracias a la cuestionada e irresponsable labor de funcionarios cuyos nombres son de conocimiento público, nuevamente se “renueve” instituciones como Celec con funcionarios que fueron parte del equipo de Gonzalo Uquillas, como el nuevo gerente Fabián Calero, o que la prima del prófugo de la justicia Rafael Correa Delgado, quien maneja la Agencia de Regulación y Control (ARC) en calidad de directora, la Srta. Kathya Delgado Arévalo (ferviente militante de Revolución Ciudadana y delegada de la exministra Arrobo).

¿Cómo pretende el Gobierno salir delante de esta crisis si le entrega la responsabilidad de la solución a quienes son responsables del problema? ¿Qué esperan Fiscalía y Contraloría para llamar a rendir explicaciones a Uquillas, Santos, Arrobo, sobre la crisis del sector eléctrico, que tiene a la gran mayoría a oscuras, con inseguridad, sin capacidad de producir, mientras otros que presumiblemente indujeron a esta crisis prosperan haciendo de la misma el mejor de los negocios? Es necesario que la UAFE los revise “de pies a cabeza”. Es triste y preocupante que si el nuevo ministro encargado —seguramente un hombre honesto que quiere hacer las cosas en beneficio del Ecuador— no los tiene claramente identificados, las soluciones saldrán muy caras para un país sumido en deudas, pobreza y con un déficit en aumento.

Es necesario que el Gobierno de Noboa haga un cambio de timón en tan importante Ministerio e integre a representantes del sector privado, entendidos en la materia, para que aporten con nuevas tecnologías que sean realmente beneficiosas y hagan equipo con un ministro a la cabeza que tenga conocimiento, experiencia y temple para enfrentar a las mafias. Eso dejaría cimentadas las bases de una matriz energética con energía firme, constante y barata que nos vuelva un país competitivo, generador de empleo.

¡Por menos corruptos, más Libertad!