Hay que ‘aterrizar’ lo más pronto posible

Alejandro Querejeta Barceló
Alejandro Querejeta Barceló

Cifras discretísimas de incremento del empleo son el más importante índice de una, aún desafiante, lucha contra la pobreza. El escenario es sobrecogedor si se la añaden la violencia intracarcelaria, el incremento de crímenes por sicariato y los reportes abultados de la violencia callejera en no pocas ciudades. El país pudiera cometer un grave error si incorporara todo esto a que se trata de una “normalidad” con la que hay que convivir, para evitar males mayores.

Si bien es cierto que la economía ecuatoriana fue una de las más castigadas por la pandemia, el éxito de la vacunación masiva y sistemática indica que urge una estrategia de reactivación e impulso de la economía pos pandémica. Las propuestas gubernamentales de crecimiento, solo apuntan a una redistribución de la pobreza. Cabe conjeturar que este es el caldo de cultivo del “boom” delincuencial que nos agobia a los ecuatorianos.

Vale insistir que enfrentamos un crecimiento de la desigualdad y de la violencia, y un deterioro abrumador de la seguridad y una inestabilidad en la gobernanza. Formar parte del escenario, pero sin interactuar con él, es una política de antemano fracasada, aunque el capital político sea notable. En la recuperación, la transformación y la resiliencia podrían estar las puertas de salida.

Duele decirlo, pero los hechos lo evidencian: la inversión social debe sustentarse en una economía sana en crecimiento. Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU. afirma que para ellos se requiere “una población educada en crecimiento; progreso tecnológico; emprendimiento; y apertura al mundo”. Sólo así es posible garantizar buenos servicios de salud y educación. De esta forma se refuerza la democracia.

Tal vez sea éste el camino escogido por el presidente Lasso teniendo a la vista sus viajes recientes a Ciudad México y Nueva York. Pero el diario vivir nuestro hasta ahora nos recuerda “que el camino del infierno está lleno de buenas intenciones”. Hay que “aterrizar” lo más pronto posible, pues se requieren pasos prontos en aras de mejorar la calidad no solo de las personas y sus familias, sino también de la sociedad en su conjunto.

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