Gestas nacionales

Franklin Barriga López

Los hechos heroicos, que constituyen referentes de identidad y ejemplo, deben ser recordados, para afianzar el orgullo patriótico, el sentido de pertenencia, la motivación  hacia la superación y el triunfo.

Las proezas de los antecesores no tienen que caer en el olvido, por elemental consecuencia cívica  y responsabilidad social. No es fruto del acaso el Estado ecuatoriano, sino de una serie de sucesos que costaron enormes sacrificios. Las luchas por la Independencia reflejan acciones nada fáciles, muchas de las cuales llegaron al campo de la epopeya. Enaltecer estos acontecimientos es obligación ciudadana, gran incentivo para amar a nuestro país y no desfallecer ante las desventuras, condenar a los malos gobernantes que ignoraron la lección de los próceres y llenarse de esperanza para un futuro mejor.

La Batalla de Ibarra, la única en la que participó Simón Bolívar en nuestros territorios, tuvo lugar el 17 de julio de 1823 y consolidó la Independencia alcanzada en las faldas del volcán tutelar de Quito, el 24 de Mayo de 1822. Los realistas, desde Pasto y al mando de Agustín Agualongo, armaron un ejército con el cual pretendieron llegar a Quito y desbaratar lo alcanzado en Pichincha. Fueron detenidos en la Ciudad Blanca por el Libertador, quien, al mando de sus fuerzas republicanas, les propinó memorable derrota y, con ello, se produjo un verdadero hito en la trayectoria nacional.

En homenaje al Bicentenario de este acontecimiento, en el Salón Máximo de Posgrados de la Universidad Técnica del Norte, se llevó a cabo, el 7 del presente mes, un acto de gran significación: la Sesión Solemne organizada por la Academia Nacional de Historia, el mencionado centro de estudios superiores y la Sociedad Bolivariana del Ecuador: se pronunciaron discursos de solidez histórica y visión futurista por parte de los directivos de estas instituciones. Se honró debidamente a una de nuestras principales gestas.