Fraude, ¿y?

Inconsistencias numéricas, de votantes, centro de cómputo paralelo, en fin, uno y mil problemas y denuncias de técnicos en la materia para probar un fraude en las últimas elecciones y no pasa nada; más bien el señor Iza hasta se opone al reconteo de votos, de la manera más absurda, cuando su derecho es oponerse al referéndum, pero no a la transparencia.

La mayor parte de la población escucha estas novedades como una noticia más y hasta con molestia, por la cantidad de picardías que día a día salen a luz de ese gobierno correísta que orondo se alza con este triunfo fraudulento.

El mismo gobierno de Rafael Correa y sus seguidores, que años atrás decían odiar a Boscán por sus denuncias, ahora le hacen santo de su devoción amparados en lo dicho sobre la posible corrupción en el gobierno actual, y no porque les importe la suerte del país, cuanto sí la vuelta de su líder y la impunidad de tanta fechoría sucedida en la década ‘ganada’.

Por su parte, Lasso es lento, impávido y por tanto cae en la ineptitud, ha cometido errores de fondo y forma. No sabe ni tiene quien le ayude a manejar la comunicación y eso es determinante en un momento como este, de tanta controversia y soledad en la que va quedándose.

Por otro lado, las macrocifras muy bien, gracias; pero el sustento diario, la alimentación, el desempleo, la pobreza en los más grandes sectores de población, no se arreglan con la macroeconomía, por importante que sea. Es un imperativo que el presidente cambie de rostros, no necesita a sus amigos, quienes no entienden la problemática del hombre de a pie y ponga a gente más cercana a los conglomerados para que respondan por disposición expresa de él a los males que le aquejan a la población, de lo contrario su suerte no tendrá arreglo.

El país debió depurarse desde el inicio del mandato terminando con los mandos medios de tanta institución pública, que han terminado boicoteando la labor del Ejecutivo. Lo pudo hacer, por ejemplo, convocando públicamente vía meritocracia a ocupar esos cargos a tantos profesionales honestos sin filiación política a ningún partido y peor al correísmo.

Debió comunicarse con su gente y, al inicio de todo, terminar con esa ociosa Asamblea, pero cuando tuvo el apoyo popular; igual que tuvo que sentarse hace dos años con ese grupo de presión racista y clasista que preside Iza, para evitar haga lo que le venga en gana y destruya la capital, pues los propios indígenas que lo conforman no estarán de acuerdo en para actividades, cuanto sufrirán presiones como la suspensión del agua para riego, en fin.

El país necesita acciones concretas, señor presidente, y alcanzar un gran acuerdo nacional en el que partidos, movimientos, la academia y más colectivos sociales se lancen a velar por la Patria dejando de lado sus intereses particulares, empezando por transparentar las elecciones que a todos nos huelen mal.