Franklin Barriga López
El Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), que tiene su sede en Estocolmo, Suecia, en informe recientemente publicado hace revelaciones importantes para el mejor convivir de los países.
En una parte de dicho documento, asevera: “El número de democracias se ha estancado, mientras que la mitad de las democracias en el mundo está en recesión”. En el caso de América, continente al que reconoce como la segunda región más democrática del orbe, luego de Europa, señala a los países donde impera la autocracia, lo cual es de conocimiento general: Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Kevin Casas-Zamora, secretario general de esta organización intergubernamental, afirmó que muchos países están teniendo problemas incluso en aspectos básicos de la democracia, añadiendo que “la democracia está bajo un asalto literal y figurado en el mundo, los peligros son reales. Este periodo ha coincidido con un descenso de la confianza de la población en el valor de la democracia en sí misma. El centro de todo contrato social es que los ciudadanos aceptan ser gobernados a cambio de ciertos bienes básicos entregados por los que gobiernan. Sin embargo, la capacidad de las democracias para dar estos bienes y cerrar el hueco entre las expectativas sociales y la gestión institucional está cada vez en mayor riesgo”.
Frente a este diagnóstico, que debe ser considerado como una voz de alerta, es necesario enfatizar que la democracia es el mejor sistema de gobierno, el que debe ir perfeccionándose con cada día que pasa, para evitar sus falencias, como lo demuestran los países que van a la vanguardia del desarrollo y la defensa de los derechos humanos en el planeta.
En nuestro medio, el absolutismo acecha, quiere tomarse el poder, apareciendo ahora como democracia. Corresponde a los electores diferenciar, oportunamente, la paja del trigo.