Gratitud especial

Fabián Cueva Jiménez

“Bienvenidos” a: “ los que comprenden mi extraño caminar y mis manos torpes/los que saben que mis oídos tienen que esforzarse para escuchar lo que oyen/los que comprenden que aunque mis ojos brillan mi mente es lenta/los que miran y no ven en la comida que dejo caer fuera del plato/los que con una sonrisa en los labios me estimulan a intentar una vez más/los que me recuerdan que hoy dos veces hice la misma pregunta/los que comprenden que me es difícil convertir en palabras mis pensamientos/los que saben que siente mi corazón, aunque no pueda expresarlo/ los que me aman y respetan como soy y no como ellos quisieran que fuera”.

Poesía de Lucía Roldán, docente española, que logró proyectar con su misiva:  sensibilidad humana como un valor social por acciones que realizamos en beneficio de los demás; y, también, el reconocimiento a los sentimientos de gratitud, expresados con palabras o gestos que perduran instantes o para toda la vida.

Creemos oportuno que esas sentidas palabras con tan profundo mensaje, las apliquemos, cuando cercano está la celebración del “Día del Maestro”, 13 de abril, en Ecuador. Por ahora, dirigiéndonos a los “docentes especiales”, a aquellos que en su diario vivir enseñan con amor a niños y jóvenes con varias discapacidades: auditivas, visuales, intelectuales, físicas, de trastornos del espectro autista, problemas mentales o de conducta, producto de situaciones genéticas o de vivencias socio-económicas y culturales.

Hemos visitado a la Unidad Educativa Especializada Rodríguez Hidalgo, en Quito, y acumulado experiencias maravillosas, comprendiendo lo que un maestro especial representa. Un profesional con intereses: ayudar al máximo a sus alumnos en el desarrollo de las posibles capacidades con respuestas educativas individualizadas, adaptaciones curriculares y de ambientes educativos y sociales; con múltiples competencias: conocimiento del desarrollo de acuerdo a la  edad escolar, enseñanza en función de factores físicos, mentales y emocionales, con rasgos de personalidad bien definidas: inteligencia emocional, escucha activa, expresión oral positiva, paciencia, empatía, autocontrol, delicadeza.

Reflejo de la preparación y sentimientos, en sus palabras: “…nuestra labor diaria está guiada por un Plan Centrado en la Persona (PCP); buscamos permanentemente técnicas y herramientas para observar, detectar y tratar las diferentes necesidades tomando en cuenta que cada uno es distinto; amo mi profesión porque aprendo de mis estudiantes, su sentir y su actuar; la paciencia y la afectividad son mis fortalezas,  porque ya tengo sensible mi corazón; soy una persona realizada, creo ser un humano que contribuye al bienestar de las personas con carencias; amándolos por la gratitud que demuestran permanentemente con un dulce, una flor o un abrazo…”.

Feliz día a todos los maestros, en una época difícil de desorden y corrupción, una gratitud especial a quienes transforman diariamente: el miedo, tristeza, ansiedad, inseguridad, soledad, depresión, en: compañía, felicidad, amor, tranquilidad, esperanza.