Díganle la verdad

Todos escuchamos a menudo sobre los daños económicos ocasionados por el paro y el vandalismo del que fueron víctimas varias ciudades. Sin embargo, las peores pérdidas son otras— mucho más importantes e impactantes que las económicas—:

Ya en 2019 hubo 11 víctimas mortales, según algunas fuentes, a causa del paro y de la respectiva represión ejercida por las autoridades; sin embargo, tampoco en aquella ocasión hubo suficientes ‘mea culpa’ o consecuencias para los autores directos e indirectos de las muertes y de las graves lesiones que sufrieron algunos manifestantes.

Nada ha cambiado, nada, y ahora lamentamos más fallecidos; hubo 6 muertos —incluido un sargento del Ejército a cuyo funeral nos gustaría saber qué autoridades acudieron—.

A nadie parecen importarle las víctimas y esto es algo muy reprochable, más aun cuando dichas muertes eran evitables. Tal y como en 2019, se quiso llegar hasta las últimas consecuencias solo para terminar dando marcha atrás, en una estrategia del Gobierno errática e improvisada.

Así, el presidente Lasso ha perdido liderazgo; se lo cedió a Iza, quien —en contraste— se volvió el símbolo de la oposición.

Queda además otra duda, de la que poco se habla: ¿Quién dio la orden de apresar a Iza? ¿Carrillo o Lasso? También la anarquía y delincuencia común —protagonistas del paro— nos recordaron, por enésima vez, que el Estado era y sigue incapaz de protegernos.

Así que hoy nos encontramos con un peor país; más dividido y con los mismos problemas que el Gobierno no puede solucionar: criminalidad, pésima salud pública y fracaso institucional a todo nivel.

Al Presidente le están escondiendo la realidad, en lugar de ponerle los zapatos rojos ya no para hacer campaña, sino para que los gaste en territorio empapándose de los graves problemas que vivimos los ciudadanos. Este no es el Ecuador que nos prometió. Díganle la verdad y acepten las críticas.

Los 90 días previstos para llegar a un acuerdo con los indígenas y revertir la mala imagen del mandatario acabarán justo en octubre del 2022. Para entonces, en lugar de ver manifestantes que quieran bajarse al Gobierno, quisiéramos ver a este gozando de apoyo mayoritario debido a una buena gestión.