De aquí y de allá

De aquí: La Asamblea Nacional ha amnistiado a unos cuantos personajillos culpables evidentes de daños materiales y morales a la comunidad nacional. Todos los ecuatorianos pudimos contemplar en octubre de 2019 los asaltos a bienes públicos y privados, su destrucción parcial o casi total, incendios, paralización de servicios públicos, cierre de pequeños negocios familiares, insultos y vejámenes a toda clase de personas, del Presidente de la República para abajo…. Estos no fueron actos políticos, surgidos de un sano y encomiable derecho a la resistencia, sino hechos delictivos. La sociedad ecuatoriana no debe quedar impávida ante esta amnistía, pues no solo deja en el olvido delitos flagrantes sino que propicia su repetición. Ha quedado bendecido todo ataque a la propiedad y a la honra bajo el pretexto de resistir contra el supuesto neoliberalismo. Queda así inaugurada la patente de corso para quienes desean destruir la enfermiza democracia conservada hasta hoy a duras penas. A cuidarla llaman.

De allá: Entre el infinito número de comentarios sobre la guerra entre Rusia y Ucrania muchos sabios han recordado a Hitler como antecedente de Putin; no solo han hecho referencia a la anexión de los Sudetes sino a la invasión de Polonia. Esos expertos, casi todos de izquierda, olvidan que la Unión Soviética de Stalin también invadió ese país y se quedó con parte de su territorio, nunca devuelto. Los historiadores no han intentado explicar la razón por la cual Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania por esa razón, pero no a la Unión Soviética. Tampoco han recordado los eruditos la apropiación por parte de Stalin de los países bálticos, sin justificación alguna como no sea la ambición y el ansia de dominio del más sanguinario dictador de la Historia. Una vez más recordemos a Pierre Vilar: “La Historia está hecha de lo que unos quisieran olvidar y de los que otros no pueden olvidar. Es tarea del historiador averiguar el por qué de lo uno y de lo otro”. A recordar llaman.