Maldito debate

César Ulloa

Bastará un error en el debate por parte de cualquier candidato para que los memes exploten en las redes sociales, aquellos producidos por los creativos espontáneos así como los generados del más allá: los troll centers. Valga la comparación, pero el espacio del debate se asemeja al de un quirófano, en donde todo debe estar milimétricamente controlado, sobre la base de una destreza quirúrgica talentosa para que el posoperatorio sea rápido y al menor costo posible.

A lo largo de la historia, se han evidenciado varios damnificados de los debates como aquel televisado por la cadena CBS en los Estados Unidos en los años 60, en donde el republicano Richard Nixon perdió frente al demócrata John F. Kennedy. Se estima que estuvieron 70 millones de personas frente al televisor. Curiosamente, la gente que escuchó el debate por la radio atribuye una ventaja a Nixon; sin embargo, en esa época la televisión vivía uno de los mayores auges de su historia.

El 29 de abril de 1984, en Ecuador debatían los finalistas a segunda vuelta. Por un lado, el socialcristiano, León Febres Cordero y por el otro, el socialdemócrata Rodrigo Borja. Para un gran porcentaje de la prensa y la audiencia, ganó el primero debido a su ímpetu y fuerza para increpar a su contendor en varios temas económicos. ¡Qué tiempos aquellos! Todavía se hablaba de ideología, valores y programas de gobierno. Ahora, se superponen los eslóganes, los mensajes de X, los vídeos en Tik Tok y las imágenes en Instagram. Poco o nada se habla de política.

Se estima que el primer debate para estas elecciones atípicas tuvo una gran concurrencia en varios medios tradicionales y redes sociales. Incluso, varios analistas atribuyen el incremento de votación de los candidatos Jean Topic y Daniel Noboa por su actuación en el debate, así como el desplome de Yaku Pérez, Otto Sonnenholzner, Luisa Maldonado y Xavier Hervas. Caso aparte fue el ‘show’ de Bolívar Armijos quien se convirtió en el rock star de la noche y presea en memes. Terrible, la ausencia de Christian Zurita.

Este nuevo debate debe corregir la metodología del anterior y convertirse en un espacio pedagógico para la democracia.