Argentina: la casta está con miedo

Ugo Stornaiolo

Que Javier Milei haya ganado las primarias no debería sorprender en un país harto de los políticos y que vio fracasar todos los experimentos creados por ese híbrido político llamado peronismo, porque la ideología de aquello que creó el general Perón sigue siendo un enigma, que transita fácilmente entre el fascismo y el neoliberalismo hasta el socialismo obrero y el comunismo radical, sin aterrizar en ninguno.

La prueba es que de esa misma corriente surgieron personajes como Carlos Menem o la dinastía de los Kirchner, con visiones contrapuestas del mundo y que se han puesto en evidencia con la aparición del candidato que está por fuera de la casta y puso en jaque no solo al movimiento en el poder, sino a sus contradictores, los Radicales y Juntos por el Cambio, que tienen a Macri, Bullrich y Rodríguez Larreta como sus abanderados. De nuevo fallaron las encuestas: no se preveía el batacazo de Milei.

Milei decía en su discurso de cierre de campaña ante más de diez mil seguidores: “la casta está con miedo”. No deja de ser un populista que se hizo conocer en sus apariciones en televisión donde insultaba a los políticos y generaba mucho rating, hasta sus propuestas de campaña que tienen mucho de sabor a revancha, como usar la motosierra, “dinamitar todo”, el libre porte de armas y la dolarización, generando terror en los Fernández: se les acaba la maquinita de imprimir billetes para regalar subsidios a los que son y no son.

Argentina es uno de los mejores ejemplos en Latinoamérica de las miserias a las que el populismo lleva a un país -lo de Venezuela es el síntoma de un cáncer que ya hizo metástasis-. Es el manual perfecto de “qué debe hacer un país para llegar irremediablemente al fracaso”. El editor de Clarín, Ricardo Roa, subraya: “el elefante Milei pasó delante nuestro y no lo vimos”. A Jaime Durán Barba -exasesor de Macri- le preguntaron si Milei podría ser el próximo presidente. “No tanto, pero cerca”, admitió.

El “loco” Milei captó el descontento y la rabia de millones de argentinos que claman en las calles, al grito de “que se vayan todos”, como en tiempos del corralito bancario de De la Rúa y en las marchas contra las políticas populistas del peronismo kirchnerista. Pero, como se dice en Argentina, los peronistas son un grupo político “que no está muerto hasta que se muere” y podría tener margen de maniobra (la devaluación fue una mala decisión del candidato y ministro de economía Sergio Massa). Hace meses los Fernández decían que Milei era “lo mejor que les podía pasar”: ahora piensan lo contrario.